Las autoridades surcoreanas arrestaron al presidente destituido Yoon Suk-yeol, quien había intentado imponer la ley marcial en diciembre pasado. La detención, llevada a cabo por la Oficina de Investigación de la Corrupción (CIO), marca un hecho sin precedentes en la historia del país, siendo la primera vez que un mandatario en funciones es arrestado.
La operación comenzó antes del amanecer, con cientos de agentes ingresando al complejo presidencial en Seúl. Algunos escalaron muros perimetrales y accedieron a través de senderos traseros para evitar los bloqueos instalados por el Servicio de Seguridad Presidencial (PSS). Este fue el segundo intento de arresto; el primero, realizado el 3 de enero, terminó en un enfrentamiento sin resultados debido a la férrea oposición del equipo de seguridad de Yoon.
En un mensaje pregrabado divulgado el mismo día, Yoon afirmó que decidió someterse al interrogatorio para evitar un «derramamiento de sangre», aunque reiteró que considera ilegal la investigación en su contra. «He decidido responder a la Oficina de Investigación de la Corrupción para prevenir cualquier derramamiento de sangre desafortunado», declaró.
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El Partido Democrático, principal fuerza de oposición en Corea del Sur, afirmó que el arresto de Yoon representa el inicio de la restauración del orden constitucional tras semanas de crisis política en el país. «La detención de Yoon Suk-yeol es el primer paso para restablecer el orden constitucional, la democracia y el estado de derecho», declaró el líder parlamentario del partido, Park Chan-dae.
Seguidores acérrimos del presidente depuesto se congregaron en la entrada de la residencia, ondeando banderas de Corea del Sur y Estados Unidos, y acusando de ilegal la orden de arresto. Algunos bloquearon el acceso acostándose frente al portón principal, mientras que aproximadamente 30 legisladores del oficialista Partido del Poder Popular intentaron impedir la entrada de los investigadores.
La detención de Yoon se produce después de que el Parlamento surcoreano lo destituyera el 14 de diciembre, tras su intento fallido de declarar la ley marcial el 3 de diciembre. El Tribunal Constitucional aún debe decidir si Yoon será inhabilitado permanentemente o restituido en su cargo.
Este arresto ha generado un intenso debate en Corea del Sur sobre la estabilidad política y el futuro de la democracia en el país. Mientras tanto, las autoridades continúan investigando las acciones de Yoon y sus colaboradores durante su intento de imponer la ley marcial.