Un estremecedor hallazgo ha sacudido a México, en Teuchitlán, Jalisco, se descubrió un rancho utilizado presuntamente por un cártel como centro de exterminio y entrenamiento. Integrantes del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, alertados por una llamada anónima, encontraron en el lugar tres hornos crematorios clandestinos, cientos de fragmentos óseos calcinados y pertenencias personales de las víctimas, incluyendo zapatillas, mochilas y ropa.
Este rancho, de casi 10,000 metros cuadrados, ya había sido intervenido en septiembre de 2024 por la Guardia Nacional, que detuvo a diez personas y liberó a dos secuestrados. Sin embargo, la Fiscalía de Jalisco no realizó una inspección exhaustiva en ese momento, dejando el lugar sin resguardo durante seis meses. Esta omisión ha sido duramente criticada por la Fiscalía General de la República (FGR), que ahora ha tomado el caso para investigar posibles vínculos entre autoridades locales y el crimen organizado.
LEA TAMBIÉN: ¡Deténgase, voy a perder la batalla!: la inusual petición de una pasajera que se hizo viral
El fiscal general, Alejandro Gertz Manero, señaló que la investigación inicial fue deficiente, ya que no se procesaron vehículos ni se inspeccionó adecuadamente la propiedad. Además, no se protegió el lugar, lo que permitió que evidencias cruciales fueran pasadas por alto. La FGR ha destacado la gravedad de estas irregularidades y se ha comprometido a esclarecer los hechos y determinar responsabilidades.
El descubrimiento de este centro de exterminio pone en evidencia la brutalidad con la que operan los cárteles en México y la vulnerabilidad de miles de personas que han desaparecido en los últimos años. Según datos oficiales, el país registra más de 124,000 personas desaparecidas, muchas de las cuales podrían haber sido víctimas de estos centros clandestinos de exterminio.
LEA TAMBIÉN: Brasil: Asesinan a una adolescente embarazada para robarle a su bebé
La presidenta Claudia Sheinbaum calificó el hallazgo como «terrible» y solicitó una investigación a fondo, abriendo la posibilidad de que la FGR atraiga el caso. Este suceso ha reavivado el debate sobre la necesidad de reforzar las estrategias de seguridad y combatir la infiltración del crimen organizado en las instituciones locales.
Mientras tanto, las familias de los desaparecidos continúan su incansable búsqueda de justicia y verdad, enfrentando la indiferencia y complicidad de algunas autoridades. El descubrimiento en Teuchitlán es un recordatorio doloroso de la crisis de desapariciones forzadas que afecta al país y de la urgente necesidad de acciones contundentes para erradicar esta tragedia.