Después de 15 meses de intensos combates, Israel y Hamas han llegado a un acuerdo histórico para detener la guerra y liberar a los rehenes capturados. El acuerdo, firmado en Doha, Qatar, establece un alto el fuego por 42 días y la liberación escalonada de los rehenes israelíes retenidos en Gaza.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenó la ratificación del acuerdo por parte del gabinete de seguridad, que se reunió el viernes para aprobar el cese al fuego. La liberación de los rehenes comenzará este domingo, con la primera tanda de 33 personas.
El acuerdo también incluye la normalización de la ayuda humanitaria para la franja de Gaza, que ha sido devastada por la Guerra. La ONU ha hecho un llamado para un «acceso humanitario rápido, sin trabas e ininterrumpido» al enclave para aliviar el sufrimiento causado por el conflicto.
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Los líderes del G7 han respaldado el acuerdo, destacando su potencial para asegurar la liberación de todos los rehenes restantes y facilitar la ayuda humanitaria urgente. Sin embargo, el acuerdo ha generado oposición interna en Israel, con algunos miembros de la coalición gobernante amenazando con abandonar el Gobierno si el acuerdo se lleva a cabo.
Netanyahu enfrenta importantes consecuencias políticas antes de la votación del gabinete de seguridad. Dos partidos de extrema derecha han amenazado con retirarse de la coalición si el acuerdo se concreta, lo que podría debilitar la mayoría del primer ministro en la Knéset.
El acuerdo ha sido supervisado por mediadores internacionales, incluyendo Egipto, Qatar y Estados Unidos, que buscan garantizar su cumplimiento y la seguridad en la región. Miles de palestinos en Gaza celebraron la noticia del alto el fuego y la liberación de rehenes, esperando que el acuerdo marque el inicio de una paz duradera.