En España, las autoridades sanitarias han registrado 11 casos de bebés diagnosticados con hipertricosis, conocida como el «síndrome del hombre lobo». Esta condición, caracterizada por un crecimiento anormal de vello en el cuerpo, se habría desencadenado debido al contacto indirecto con el minoxidil, un medicamento utilizado para tratar la calvicie que fue ingerido accidentalmente por los lactantes a través de la leche materna o el contacto cutáneo.
El minoxidil es un fármaco de uso tópico y oral ampliamente utilizado para combatir la alopecia. Sin embargo, en estos casos, las madres de los bebés consumieron de forma inapropiada una versión oral destinada únicamente a adultos, lo que habría provocado la transferencia de pequeñas dosis del medicamento a los lactantes. Los expertos advierten que, aunque el fármaco es seguro en su uso correcto, puede generar efectos adversos graves si no se utiliza según las indicaciones médicas.
El síndrome del hombre lobo no es permanente en estos casos y suele desaparecer tras suspender la exposición al minoxidil. Sin embargo, las autoridades han reforzado los controles sobre la venta de este medicamento y emitido advertencias dirigidas a padres y cuidadores sobre los riesgos de automedicarse o utilizar productos sin la debida prescripción médica.
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La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha iniciado una investigación para determinar cómo los usuarios obtuvieron estas presentaciones del fármaco y si hubo fallas en la información proporcionada por los distribuidores o farmacéuticos. Se están revisando las normativas para evitar que medicamentos como el minoxidil lleguen a manos de consumidores sin supervisión adecuada.
Por su parte, los pediatras han destacado la importancia de consultar siempre con un médico antes de usar cualquier producto en madres lactantes. Aunque los efectos secundarios pueden ser reversibles, la exposición a medicamentos como el minoxidil en bebés plantea riesgos potenciales que deben ser evitados.
Este incidente ha generado preocupación entre la comunidad médica y la sociedad en general, resaltando la necesidad de campañas de educación sobre el uso responsable de medicamentos. Además, subraya la urgencia de reforzar las medidas de control en la venta y uso de productos farmacéuticos considerados de alto riesgo.
El caso de los 11 bebés en España es un recordatorio de cómo el mal uso de medicamentos puede tener consecuencias inesperadas, incluso en personas que no los consumen directamente. Las autoridades continúan monitoreando la situación mientras trabajan en medidas para prevenir futuros casos similares.