Evo Morales, el líder del MAS, anunció su retiro de la «Marcha para Salvar Bolivia», organizada por la facción evista del partido. Según él, el Gobierno «sataniza» la protesta que, según él, «es del pueblo».
El gobierno grita «Evo, Evo, Evo». La protesta no proviene del Evo, sino del pueblo. He tomado la decisión de retirarme de la manifestación en esta jornada debido a la gran cantidad de acusaciones de satanización, sanciones y delitos contra Evo. Al salir de Panduro al comienzo del segundo día de protesta, expresó que la marcha es del pueblo y no del Evo.
De acuerdo con el ex líder, su participación en la manifestación fue determinada en una reunión con los líderes del Pacto de Unidad que lo apoyan.
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Afirmó que el Estado Mayor del Pueblo se reunirá en la tarde de este miércoles y será responsabilidad de sus integrantes determinar si Morales participará o no en la manifestación. La marcha no tiene obstáculos. Morales afirmó que la marcha seguirá, ya sea con o sin Evo.
La declaración de ministros que prometieron «cumplir» la Constitución Política del Estado da lugar a la decisión del líder cocalero. El martes por la noche, Eduardo del Castillo, el ministro de Gobierno, declaró que Morales busca regresar a la Presidencia a través de una guerra civil y que busca «violencia, luto y sangre» para causar caos.
En una conferencia de prensa, la autoridad señaló que el señor Evo Morales pasó de ser víctima de un golpe de Estado a un golpista confeso. Morales se defendió diciendo: «Todo es falso». Incluso el ministro de Justicia, Iván Lima, le dijo al exmandatario que su tiempo «se ha acabado» en un mensaje severo.
Morales ha ido muy lejos en su delirio y tendrá que enfrentar las consecuencias de sus tropelías más temprano que tarde. El Gobierno, sin lugar a dudas, actuará de acuerdo con la Constitución (Política del Estado) y no permitirá que la gente sufra más dolor, muerte y luto por el trastorno de un individuo que cree que está más allá de la ley.
