Linda De Sousa Abreu, una oficial de prisión en HMP Wandsworth, nunca imaginó que su nombre se convertiría en sinónimo de escándalo. El 27 de junio pasado, mientras cumplía con su deber en la cárcel del sur de Londres, decidió cruzar una línea prohibida.
Entró en la celda de un recluso, y lo que siguió no solo destrozaría su carrera, sino que también se convertiría en un espectáculo viral. Otro preso filmó el encuentro sexual y rápidamente el video se difundió en las redes sociales, dejando al descubierto la fragilidad de los límites éticos y profesionales dentro del sistema penitenciario.
De Sousa Abreu, de 30 años y residente de Fulham, al suroeste de Londres, fue identificada por el personal de la prisión tras la difusión del video. La gravedad de la situación se hizo evidente cuando la Policía Metropolitana la arrestó en el Aeropuerto de Heathrow, mientras intentaba huir a Madrid.
En una llamada telefónica a la prisión, la ex guardiacárcel había informado que no regresaría a su trabajo y que su esposo devolvería su equipo. Este intento de fuga improvisado no hizo más que agravar su situación.
El último 29 d ejulio, De Sousa Abreu se declaró culpable de “mala conducta en un cargo público” ante el Tribunal de la Corona de Isleworth. Vestida con un blazer blanco y un top negro, se mantuvo inexpresiva al escuchar el único cargo del que se la acusaba. El fiscal Eloise Marshall, KC, detalló que la investigación aún no había terminado, sugiriendo que el caso contenía capas adicionales de complicidad y transgresiones.
La mujer fue liberada bajo fianza con condiciones estrictas: su pasaporte portugués permaneció bajo custodia policial, se le prohibió solicitar nuevos documentos de viaje y se le impuso un toque de queda monitoreado electrónicamente desde las 7 pm hasta las 9 am. Además, se le prohibió ingresar a cualquier puerto de viaje del Reino Unido. Estas medidas buscan asegurar que esté disponible para futuras audiencias, incluyendo la próxima programada para el 7 de noviembre.
Tetteh Turkson, del Servicio de Fiscalía de la Corona (CPS), no escatimó palabras para describir el impacto del caso. “Esta fue una violación impactante de la confianza pública”, declaró. “De Sousa Abreu fue claramente una participante entusiasta que pensó erróneamente que evitaría la responsabilidad”, agregó.
Su declaración subrayó la seriedad con la que la fiscalía abordó el caso, destacando que no habría excusas para cualquier oficial de prisión que se comportara de manera tan inapropiada.
El Servicio Penitenciario no tardó en reaccionar ante la difusión del video. Un portavoz declaró: “La corrupción del personal no es tolerada y la ex oficial de prisión presuntamente involucrada en este video ha sido denunciada a la policía”.