La reciente DANA que azotó la Comunidad Valenciana ha dejado un saldo devastador con más de 100 fallecidos y cientos de familias afectadas. Las intensas lluvias y el desbordamiento de ríos han sumido a la región en una crisis sin precedentes. Entre las historias de supervivencia y pérdida, surgen testimonios conmovedores que reflejan la magnitud de la tragedia.
María López, una residente de Sagunto, relata las 22 horas de angustia que vivió junto a su familia mientras el agua subía imparablemente. «Nos refugiamos en el ático, esperando que alguien viniera a rescatarnos. Ver cómo el agua se llevaba todo lo que teníamos fue aterrador,» compartió entre lágrimas. Su historia es solo una de las muchas que reflejan el pánico y la desesperación de esos momentos.
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Los equipos de emergencia han trabajado sin descanso para rescatar a las personas atrapadas. Javier Martínez, bombero de Valencia, describió las difíciles condiciones que enfrentaron: «El agua y el lodo hacían que cada paso fuera una lucha. Pero teníamos que seguir adelante, sabiendo que cada segundo contaba para salvar vidas.» Su valentía y determinación son un rayo de esperanza en medio de tanta desolación.
En Gandía, varias familias fueron evacuadas en botes inflables. Manuel Rodríguez, padre de tres hijos, agradeció entre sollozos a los rescatistas: «Nunca pensé que vería algo así. Gracias a Dios y a estos héroes, estamos vivos.» Las imágenes de los rescates han conmovido a todo el país, mostrando la fortaleza del espíritu humano en tiempos de adversidad.
Las autoridades locales han declarado estado de emergencia y continúan movilizando recursos para asistir a los afectados. La respuesta comunitaria ha sido impresionante, con voluntarios ofreciendo alimentos, ropa y albergue. «La solidaridad de la gente es lo que nos mantiene de pie,» afirmó Laura Torres, coordinadora de uno de los centros de ayuda.
El impacto económico de la DANA también ha sido significativo, con millones de euros en daños materiales. Los agricultores de la región, cuyas cosechas fueron arrasadas, han solicitado ayudas urgentes. «Hemos perdido todo en cuestión de horas. Necesitamos apoyo para reconstruir nuestras vidas,» comentó José Hernández, un agricultor de la zona.
La Comunidad Valenciana enfrenta ahora el arduo proceso de recuperación. Las historias de valentía y solidaridad continuarán siendo un faro de esperanza mientras la región se levanta de esta devastación.