Un adolescente de 17 años mató este domingo a su padre, madre y hermano pequeño en su casa familiar de la localidad de Paderno Dugnano, cerca de Milán (norte de Italia), en un crimen que ha causado conmoción, según informaron medios locales.
Inicialmente, el joven dijo que sólo mató al padre con un cuchillo después de que el progenitor hubiera matado a su madre y hermano, aunque tras intensos interrogatorios policiales cambió de versión y admitió que fue él mismo quién mató a apuñaladas a toda la familia.
Según la prensa, aseguró haber actuado solo, sin que otras personas tomaran parte del crimen, que ahora está bajo investigación a manos de los Carabineros, Policía militarizada italiana.
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Por ahora no se ha esclarecido aún el motivo exacto del asesinato, que acabó con la vida del padre, identificado con las iniciales FC y de 51 años, la madre, identificada como DA y de 49 años, y el hijo pequeño de la familia, un menor de 12 años.
”No hay un verdadero motivo por el que los maté”, declaró el joven durante el interrogatorio al que fue sometido 12 horas después de los hechos y en el que confesó haber acuchillado a su padre, a su madre y a su hermano en la casa familiar de Paderno Dugnano, revelan este lunes los medios locales.
El menor de edad sentía un “cuerpo extraño” dentro de la familia, que le “oprimía” y pensó que con la muerte de todos se habría “liberado de esta molestia”, según reveló ante la Fiscalía de menores y los Carabineros (policía militarizada). Sin embargo, “me di cuenta un minuto después de que matándolos no me liberaría”, sostuvo.
Según la reconstrucción policial, el adolescente cogió un cuchillo de la cocina en la madrugada del domingo, mientras todos dormían: primero mató a su hermano de 12 años y después a sus padres.
A continuación, fue él mismo quien llamó al 112 asegurando que había apuñalado a su padre después de que el progenitor hubiera matado a su madre y hermano, aunque durante el interrogatorio policial cambió la versión y confesó el crimen.
Según las mismas fuentes, se trató de un interrogatorio largo y complicado, que se interrumpió en varias ocasiones por el llanto del asesino confeso.
El teléfono con el que llamó al servicio de emergencias y el cuchillo han sido recogidos como pruebas para la investigación del asesinato. El día anterior al crimen, en la tarde del sábado, la familia celebró el 51 cumpleaños del padre junto con los abuelos maternos y la abuela paterna, que aseguró que durante la celebración todo había sido “normal”.