Gricelia Josefina Solórzano Malpica, pastora de una iglesia pentecostal, la enviaron al Tribunal Tercero en materia de Terrorismo en Caracas, dos días después de que Nicolás Maduro Moros, en medio de un grupo de “pastores y apóstoles”, declarara arrepentimiento por pecados y hechicería, a menos de 500 kilómetros del Palacio de Miraflores, la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim). Esto sucedió en Caracas Venezuela.
La acusan de malversación genérica, destino diferente de rentas públicas, peculado doloso propio, apropiación o distracción del patrimonio y asociación para delinquir. Y esos delitos los convirtieron en terrorismo cuando fue presentada ante el juez Tercero de Control de Apure, José Antonio Méndez Laprea, y la fiscal provisoria 10 de Corrupción, Luisa Elena Castillo, para justificar enviarla a Caracas.
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La pastora Solórzano Malpica no es más que víctima de la revancha que el ex gobernador Carrizalez sostiene con Eslava Parra, una de las personas a las que responsabiliza de traicionarlo por haber perdido las elecciones internas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), al no solo no haberlo apoyado, sino que fue la jefe de campaña, en las elecciones primarias del ex alcalde Pedro Danilo Leal.
Carrizalez, quien fue vicepresidente de la República, titular de varias carteras ministeriales incluyendo la de Defensa, tiene el poder para ejecutar algunas acciones gracias a su estrecha relación con Diosdado Cabello Rondón. Funcionarios de la DGCIM tienen en Apure una lista de 11 personas con órdenes de aprehensión, principalmente Omaira Eslava, quien no está en Venezuela, desde que se residenció en Colombia.
Familiares de Gricelia Josefina Solórzano Malpica, de la Iglesia Evangélica Pentecostal Misionera “El Aposento Alto” de San Fernando de Apure, revelaron que ella tiene cuatro años convertida al cristianismo y un año pastoreando esa célula.