La Policía Bonaerense de Argentina, acudió a un domicilio de la ciudad de Merlo tras llamados al 911 por parte de vecinos que habían escuchado una fuerte discusión, gritos y pedidos de auxilio provenientes desde el interior de una casa ubicada sobre José Martí al 500.
Al llegar, los oficiales tocaron la puerta, pero nadie los atendió. Entonces, decidieron asomarse por una ventana que da a una habitación: fue entonces que vieron a un hombre y a una mujer envueltos en sangre. Era la escena de un feminicidio.
En las imágenes a las que accedió Infobae, se observa que el femicida, identificado como Matías Alejandro Guiñazú (43), estaba sentado y tenía un cuchillo en sus manos. A su lado yacía la víctima, Soledad Ibáñez (42), tirada boca abajo, sin moverse.
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El hombre tenía el cuchillo contra su cuello y amenazaba con quitarse la vida. Los policías trataron de disuadirlo. “No te quieras levantar, quedate quieto”, le pedía uno de los efectivos desde afuera, mientras otros trataban de ingresar a la propiedad.
“Ahí vienen a buscarme. Matame, es lo que yo quiero”, le respondió Guiñazú. Inmediatamente después, el uniformado le solicitó varias veces a los gritos: “¡Largá el cuchillo! ¡Dale!”. Pero el detenido se rehusó. “No lo voy a largar (…) No voy a tirar nada, dije. Mátenme”, decía y también pedía que “filmen todo”.
Frente a la negativa, los policías comenzaron a disparar contra el suelo y el techo. El autor del femicidio, sin embargo, se mantuvo inflexible, reiterando su deseo de que le disparen: “Mátenme. Un tiro en la cabeza, por favor. Con un buen tiro en la cabeza”. Finalmente, lograron reducirlo.