Jorge Mario Bergoglio ha dedicado su catequesis a la parábola de Rut, una moabita que, después de la muerte de su esposo Mahlon, se dirigió a Belén con su también enviudada suegra Noemí.
Para el Papa, este pasaje bíblico ilumina la “belleza de los vínculos familiares” generados por la relación de pareja, pero que van más “sobre la alianza” de las generaciones “donde la juventud se revela capaz de dar de nuevo entusiasmo a la edad madura” y “la vejez se descubre capaz de reabrir el futuro para la juventud herida”.
El pontífice dice que ese vínculo entre la nuera y la suegra “irradia la perfección de ese poliedro de los afectos fundamentales que forman la gramática familiar del amor”.
“Los frentes de la recomposición son los mismos que, en base a las probabilidades trazadas por los prejuicios del sentido común, deberían generar fracturas insuperables. Sin embargo, la fe y el amor superan los celos por el propio hijo, amando el nuevo vínculo de Rut; las mujeres de Israel superan la desconfianza por el extranjero (y si lo hacen las mujeres, todos lo harán); la vulnerabilidad de la mujer sola, frente al poder del hombre, es reconciliada con un vínculo lleno de amor y de respeto”, concluyó el Papa.
Sin embargo, también les hizo un llamado a estas queridas mujeres dentro de la familia para que en medio de sus conversaciones no critiquen y eviten el chisme; “hay que tener cuidado con su lengua”, sentenció el sumo pontífice.
El Papa también volvió a pedir oraciones por la paz en Ucrania y en todos los lugares donde hay abiertos conflictos bélicos, al tiempo que ha instado a los líderes políticos a “silenciar las armas”.
“Os pido que perseveréis en la oración incesante por la paz. Silencien las armas, para que quienes tienen el poder de detener la guerra escuchen el grito de paz de toda la humanidad”, pidió el Pontífice.
El papa Francisco se disculpó frente a quienes seguían el sermón por permanecer sentado durante su audiencia semanal, y dijo que un dolor de rodilla lo ha obligado a cancelar varios compromisos los últimos días. “Pido disculpas porque los voy a saludar sentado, esta rodilla no termina de sanar y no puedo permanecer de pie mucho tiempo”, declaró el pontífice en la audiencia en la Plaza San Pedro.
El papa argentino canceló sus compromisos del pasado martes debido al dolor en su rodilla derecha y el viernes pasado hizo lo mismo para someterse a evaluaciones médicas.
Francisco pareció tener dificultades para caminar debido al problema que lo obligó a cancelar algunos eventos en febrero y marzo, aunque semanas atrás pasó dos días de visita en Malta, como lo tenía previsto. El papa dijo la semana pasada al diario argentino La Nación que se le había roto un ligamento en la rodilla y que lo estaba tratando con hielo y pastillas para el dolor.