Un nuevo episodio de violencia sacudió a Colombia este martes, cuando un ataque perpetrado por disidencias de las FARC dejó un saldo de cinco militares muertos y varios heridos en el municipio de Balboa, Cauca. El hecho ocurrió mientras las tropas realizaban labores para instalar un puente militar, en reemplazo de otro destruido previamente por el mismo grupo armado. Este acto terrorista ha generado indignación y preocupación en un país que busca consolidar la paz.
El ataque, atribuido a la estructura Carlos Patiño, una de las facciones más activas de las disidencias de las FARC, se llevó a cabo mediante explosivos enterrados en la vía. Según el Ejército colombiano, además de los cinco fallecidos, tres soldados resultaron gravemente heridos y otros trece salieron ilesos. Las víctimas fueron trasladadas a centros médicos cercanos, mientras las autoridades continúan evaluando la situación en la zona.
LEA TAMBIÉN: EEUU se prepara para despedir a aproximadamente el 50% de sus trabajadores de Educación
El ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez, condenó el ataque y expresó su solidaridad con las familias de las víctimas. «Lamento, condeno y rechazo este vil acto terrorista. Paz en sus tumbas y pronta recuperación para los heridos», declaró. Por su parte, el presidente Gustavo Petro destacó la importancia de continuar con los esfuerzos para transformar la economía de la región y garantizar la seguridad de sus habitantes.
El departamento del Cauca, conocido por su riqueza en recursos naturales, ha sido escenario de constantes enfrentamientos entre grupos armados ilegales, incluyendo disidencias de las FARC, el ELN y organizaciones narcotraficantes. A pesar de los esfuerzos del gobierno para recuperar el control del territorio, la violencia sigue siendo una amenaza latente para las comunidades locales.
LEA TAMBIÉN: Reino Unido: un incendio de magnitud tras la colisión entre un barco petrolero y barco carguero
Este ataque pone en evidencia los desafíos que enfrenta Colombia en su camino hacia la paz. Aunque el acuerdo firmado con las FARC en 2016 marcó un hito histórico, las disidencias que no se acogieron al proceso de desmovilización continúan operando y desafiando al Estado. La población del Cauca, en particular, vive en constante incertidumbre ante la presencia de estos grupos armados.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada de violencia en Colombia, instando al gobierno a redoblar sus esfuerzos para proteger a los civiles y garantizar la estabilidad en las regiones más afectadas. Mientras tanto, el país se enfrenta al reto de encontrar soluciones sostenibles que permitan avanzar hacia una paz duradera.