Alejandro Arcos Catalán, alcalde del municipio de Chilpancingo en el estado mexicano de Guerrero, fue brutalmente asesinado a solo seis días de asumir el cargo. El pasado domingo, Arcos Catalán fue encontrado decapitado en las inmediaciones de la capital estatal, con su cabeza sobre el toldo de un vehículo en el libramiento hacia Tixtla. Este homicidio ha conmocionado al país y se suma a la reciente ola de violencia que ha azotado la región.
La Fiscalía General del Estado de Guerrero (FGE) ha abierto una investigación sobre el homicidio, y agentes de la Policía Investigadora Ministerial han comenzado a recabar pruebas en el lugar de los hechos. Alejandro Moreno, presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenecía Arcos Catalán, exigió una investigación exhaustiva y transparente, solicitando que la Fiscalía General de la República (FGR) atraiga el caso debido a la gravedad de la situación en Guerrero, estado de México.
«Han asesinado a nuestro alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, y hace apenas tres días al secretario de este mismo Ayuntamiento, Francisco Tapa. Llevaban menos de una semana en el cargo. Funcionarios jóvenes y honestos que buscaban progreso para su comunidad (…) estaremos pidiendo a la FGR atraiga las investigaciones de ambos asesinatos», indicó Moreno.
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Arcos Catalán había sido elegido alcalde en las elecciones de junio de este año, representando a una coalición conformada por el PRI, PAN y PRD. Su principal compromiso era garantizar la paz y la seguridad en Chilpancingo, uno de los municipios más afectados por la violencia derivada de la lucha entre grupos criminales. En su discurso de toma de posesión, afirmó que trabajaría de la mano del Ejército Mexicano para lograr estos objetivos.
Por otro lado, el asesinato del alcalde Arcos ha abierto un proceso legal para determinar quién ocupará su lugar. Según la ley local, el suplente, Gustavo Alarcón Herrera, podría asumir el cargo de manera interina, aunque hasta el momento no se ha emitido ninguna declaración oficial. Mientras tanto, el estado de Guerrero sigue sumido en una profunda crisis de seguridad ya que tres días antes, el secretario general del gobierno municipal, Francisco Tapia, también fue asesinado.