La Paz, 1 sep (Radio Splendid).- En las últimas horas se conoció que miembros de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), integrantes de la tripulación del avión que sacó de Bolivia al expresidente Evo Morales, revelaron que al despegar la aeronave habría sido atacada con un proyectil presuntamente lanzado desde la base aérea de Chimoré, en Cochabamba.
En el nuevo libro del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se incluyen fragmentos de un documento de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) donde se revelan esos datos que habrían ocurrido en contra de Morales en el 2019.
«Durante el ascenso inicial, el piloto alcanzó a observar desde el lado izquierdo de la cabina de mando, y cuando casi alcanzaba los 1.500 pies sobre el terreno, una estela luminosa similar a la característica de un cohete en la posición de las siete (atrás, a la izquierda de la trayectoria del avión) por debajo del horizonte», dice el documento según RT.
El integrante de la Fuerza Aérea Mexicana, al percatarse de que el supuesto ataque podía provenir de la base aérea, hizo un «viraje ceñido» hacia el lado opuesto de la trayectoria del proyectil, «incrementando el régimen de ascenso para evitar el impacto».
Según el documento, el proyectil habría quedado a media altura haciendo una «parábola hacia el terreno sin haber alcanzado la que en ese momento ya tenía, aproximadamente a 3 mil pies».
En el informe se afirma que lo ocurrido no fue comunicado a la tripulación «para evitar» que se incrementara «la tensión de la misión diplomática», que buscaba «rescatar al exmandatario y darle asilo en México».
Cuando el avión mexicano llegó al aeropuerto, en Bolivia, había uniformados armados en el lugar ante esa situación, el piloto mexicano Miguel Eduardo Hernández Velázquez bajó del avión para intentar comunicarse con el Secretario de la Defensa Nacional (Sedena) de su país, Luis Crescencio Sandoval, sin conseguirlo.
Los funcionarios bolivianos le ordenaron a Hernández Velázquez que levantara los brazos y que bajara a Morales del avión. «En ese momento, otro de los individuos se le aproximó por detrás y lo golpeó en la espalda baja con la culata de un arma larga, tipo Garand, por lo que el piloto giró hacia la izquierda para enfrentarlo», especifica el documento revelado en el libro ‘A la mitad del camino’.
La agresión continuó cuando otro uniformado «le golpeó el abdomen con el rompeflamas de un fusil automático ligero, cargando su arma y apuntándole al pecho, sin ninguna razón aparente», recoge el informe.
En el escrito se afirma que los ataques cesaron cuando el piloto le dijo a uno de sus agresores: «Joven soldado, los valientes no asesinan». Sin embargo, minutos más tarde otro grupo de uniformados y civiles armados intentaron subir al avión y el piloto tuvo que atravesarse en la escalerilla de acceso para impedirlo.
El miembro de la FAM pidió varias veces que se dejara de apuntar al avión con el lanzacohetes. Finalmente, un general boliviano autorizó el despegue con la condición de que en 30 minutos se abandonara el espacio aéreo «o no respondía por la seguridad de los ocupantes ni la integridad de la aeronave».