Ciudad de México, 7 jun (EL PAÍS).- La presión de Donald Trump contra México en materia migratoria dio señales este jueves de estar surtiendo efectos. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se comprometió a reforzar la frontera sur del país después de dos días de negociaciones con el fin de evitar la entrada en vigor del nuevo arancel anunciado por Washington para el próximo lunes. Trump reclama que su vecino del sur aumente ipso facto los controles y asuma más asilados. Las negociaciones entre ambos países continuarán este viernes, según informó el canciller mexicano, Marcelo Ebrard.
A primera hora de la tarde, después de toda la mañana de reuniones entre la delegación mexicana y miembros de la Casa Blanca empezaron a bullir informaciones de que las posturas habían empezando a aproximarse. La secretaria de Gobernación [ministra de Interior], Olga Sánchez Cordero, anunció que México reforzará la frontera con Guatemala, con el envío de hasta 6.000 efectivos de la Guardia Nacional. Sánchez Cordero justificó la decisión tras la entrada masiva de migrantes el día anterior, aunque viene siendo la tónica de los últimos meses. Prácticamente al mismo tiempo, el Gobierno mexicano anunció que se habían congelado las cuentas de 26 personas que presuntamente traficaban con migrantes.
La portavoz de la Casa Blanca, Sara Sanders, enfrió las expectativas en un comunicado hacia el final de la jornada. «La postura no ha cambiado y en este momento seguimos con los aranceles», señaló, idea que el vicepresidente Mike Pence repitió en un acto público en Pensilvania. El canciller mexicano confirmó que en la tarde del jueves aún no se había llegado a un acuerdo pero que las conversaciones continuarán. «Así es una negociación», dijo Ebrard.
La Administración de Trump quiere que México acoja más asilados y que incluso asuma la condición de tercer país seguro, extremo al que la Administración de López Obrador se niega, al menos de forma explícita, aunque admita que debe adoptar medidas drásticas si quiere frenar la imposición de aranceles a los productos mexicanos a partir del próximo lunes. A cambio, México quiere lograr un compromiso de Trump de que invertirá en un plan integral de migración con Centroamérica, la única solución que, a medio plazo, consideran factible para paliar la situación.