Londres, 24 may ( EL PAÍS).- Theresa May ha anunciado este viernes su dimisión como líder del Partido Conservador del Reino Unido. Tres años después de que el referéndum del Brexit forzará la renuncia de su predecesor, David Cameron, May ha acabado tirando la toalla por haber sido incapaz de manejar la salida del Reino Unido de la UE. La primera ministra hará efectiva su dimisión el próximo 7 de junio para poder recibir con relativa normalidad al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien tiene previsto realizar una visita oficial al país entre el 3 y el 5 de junio.
«Ha llegado la hora de que sea otro primer ministro el que lidere al país», ha dicho May a las puertas de la que durante tres años ha sido su residencia oficial. Un breve discurso al final del cual la primera ministra no ha podido evitar que se quebrara su voz. «Ocupar este puesto ha sido el mayor honor de mi vida. He sido la segunda mujer en ocupar el cargo, pero no seré la última», ha señalado.
A partir de su renuncia, May se mantendrá como primera ministra interina mientras da tiempo al Partido Conservador a poner en marcha una competición por su sucesión que se podría prolongar hasta ocho semanas.
May se ha reunido a las nueve de la mañana (diez de la mañana, hora peninsular española) en Downing Street con el presidente del Partido Conservador, Brandon Lewis, y con el jefe del todopoderoso Comité 1922 —que reúne a todos los diputados sin cargo en el Gobierno—, Graham Brady, para comunicarles una decisión que se daba por descontada en las últimas horas. El comité había llegado a provocar una tercera votación secreta entre sus miembros para cambiar las reglas del partido y acelerar la caída de su actual líder.
El último intento de May por sacar adelante su plan del Brexit terminó con la paciencia de sus correligionarios conservadores. La primera ministra había incluido en el texto la posibilidad de celebrar un segundo referéndum y de mantener con la UE una unión aduanera temporal para intentar lograr el apoyo de los diputados laboristas moderados. Las dos propuestas iban directamente en contra de los deseos del ala dura del partido. Hasta los ministros más fieles le comunicaron que no apoyarían en esta ocasión su propuesta y May se dio cuenta finalmente de que se había quedado sola. «Siempre lamentaré no haber sido capaz de sacar adelante el Brexit», ha dicho. «Mi sucesor deberá lograr en el Parlamento el consenso que yo no he alcanzado, pero para ello todas las partes deberán estar dispuestas a comprometerse».
Tres veces intentó que el Parlamento aprobara el Acuerdo de Retirada pactado con Bruselas, y tres veces obtuvo una derrota humillante.
La carrera por la sucesión
En torno a una decena de candidatos aspiran a suceder a May al frente de los conservadores. El favorito, según todas las encuestas, es el exalcalde de Londres, Boris Johnson. Su excentricidad y falta de rigor siguen espantando a muchos de sus compañeros de partido, pero crece la convicción en el seno de la formación de que Johnson sería el único capaz, con un carisma y una popularidad que nadie niega, de hacer frente a la amenaza del Partido del Brexit. La recién creada formación del ultranacionalista Nigel Farage ha logrado en pocas semanas atraer a gran parte del tradicional electorado conservador. «El de Theresa May ha sido un discurso muy digno. Gracias por tu estoico servicio al país y al Partido Conservador. Ha llegado el momento de cumplir con las urgencias que has expresado: unirnos todos y sacar adelante el Brexit», ha escrito Johnson en su cuenta de la red social Twitter minutos después de que May pronunciara su discurso.