EEUU, 23 sep (La Jornada).- El drama medieval Juego de Tronos y la comedia británica Fleabag ganaron los mayores honores en la ceremonia de los Emmy en una noche repleta de sorpresas que premió a muchos recién llegados en lugar de los favoritos.
La fiesta del llamado Óscar de la televisión se llevó a cabo en el teatro Microsoft de Los Ángeles sin un anfitrión, por primera vez en 16 años.
La estrella de Pose, Billy Porter, quien es abiertamente homosexual, fue elegido el mejor actor dramático, mientras la británica Jodie Comer recibió un Emmy por su papel de asesina sicótica en el drama Killing Eve.
En una victoria sorpresiva, la intérprete y creadora de la serie Fleabag, Phoebe Waller-Bridge, obtuvo el galardón a mejor actriz de comedia, superando a las favoritas Julia Louis-Dreyfus por Veep y Rachel Brosnahan por Mrs. Maisel.
Waller-Bridge también logró un Emmy como guionista de comedia del programa de Amazon Studios.
No obstante, Juego de Tronos se llevó este domingo el Emmy a mejor serie dramática, con el que se despide de la televisión tras ocho temporadas.
La fantasía épica, que empató su récord de 12 estatuillas en una misma edición, superó a Better Call Saul, Bodyguard, Killing Eve, Ozark, Pose, Succession y This Is.
Bill Hader ganó su segundo Emmy por interpretar a un asesino a sueldo que se vuelve actor en Barry, mientras Peter Dinklage recibió el único premio a la actuación para Juego de Tronos como mejor actor de reparto por su papel de Tyrion Lannister.
Esta última serie, de HBO, la más premiada en la historia de los Emmy, con 38 galardones, era la favorita a los galardones, pese al alboroto generado entre sus seguidores por la conclusión del programa.
El invierno se fue con 12 estatuillas, incluida la de mejor drama: Juego de Tronos se despidió de la televisión a lo grande, aunque la gran sorpresa la dio Fleabag.
A diferencia de esta oscura comedia británica de Phoebe Waller-Bridge, el triunfo de Game of Thrones estaba más que previsto, con todo y el enfado que causó su final.
La fantasía épica y sanguinaria, sobre familias nobles peleando por el trono de hierro, se llevó 10 premios en las categorías técnicas.
Se hizo historia, además, con Billy Porter convertido en el primer hombre negro abiertamente gay en ganar un Emmy como actor principal en una serie dramática. Como artistas somos quienes conseguimos cambiar la estructura molecular de los corazones y las mentes de las personas que viven en este planeta
, dijo al recibir la distinción. Por favor, nunca dejen de hacerlo, nunca dejen de decir la verdad
.
Ozark, de Netflix, tuvo dos triunfos: Jason Bateman como director y Julia Garner, mejor actriz de reparto.
HBO falló por poco en su búsqueda de la triada perfecta de mejor drama-comedia-miniserie. Ganó con Juego de Tronos y Chernobyl, sobre el desastre nuclear soviético en 1986, pero se quedó corta en la comedia, tras la caída de la sátira política Veep, a la que se impuso Fleabag, de BBC America, la cual también terminó este año.
The Marvelous Mrs. Maisel, sobre una ama de casa de los años 50 que termina convertida en comediante de stand up, se llevó los dos primeros premios de la noche: actor y actriz de reparto para Tony Shalhoub y Alex Borstein, respectivamente; esta último también triunfó el año pasado.