Mundo, 11 Sep (INFOBAE).- Censura y autoritarismo van de la mano. Cerrar todos los canales para impedir la difusión de información y de ideas alternativas a las del régimen dominante es indispensable para todo gobierno autoritario. Esta es una de las conclusiones a las que arriba el nuevo informe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) sobre los países más censores del planeta.
Eritrea y Corea del Norte, los dos que encabezan el ranking difundido este martes en Nueva York, se destacan precisamente por tener dos de los sistemas políticos más opresivos del mundo en la actualidad. Amenazas, hostigamiento y encarcelamiento de periodistas, y un control estricto sobre todo lo que se publica en papel, por televisión, por radio o por internet, son prácticas que no faltan en el manual de ningún censor.
«Estas naciones violan las normas y garantías internacionales en materia de libertad de expresión, pues encarcelan a reporteros, utilizan a los medios estatales como megáfono del régimen, y obligan a los periodistas independientes a exiliarse. La autocensura es generalizada», sostiene el informe de CPJ.
Estos son los diez países con más censura en el mundo:
1. Eritrea
Desde 1993, el presidente es Isaias Afewerki, uno de los dictadores más brutales del planeta. Es el peor encarcelador de periodistas en el África subsahariana, con al menos 16 profesionales encarcelados hasta el 1 de diciembre de 2018. De acuerdo con información a la que accedió CPJ, se sospecha que siete periodistas murieron estando bajo custodia estatal.
Una ley de 1996 que regula a los medio de comunicación incluye el requisito de que deben promover «objetivos nacionales». Obviamente, es el gobierno el que decide cuáles son esos objetivos. El Estado mantiene el monopolio legal de los medios de radiodifusión, y quienes trabajan en ellos siguen la línea editorial a rajatabla, por temor a represalias. La penetración de internet es muy baja, apenas llega al 1% de la población. Los usuarios se ven obligados a ir a lugares públicos como cibercafés, donde son vigilados de cerca.
2. Corea del Norte
Kim Jong-un está en el poder desde 2011, cuando heredó el cargo de líder supremo de su padre, Kim Jong-il. Si bien el artículo 67 de la Constitución establece la libertad de prensa, casi todo el contenido periodístico que se publica proviene de la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA), que se centra en las declaraciones y actividades de los dirigentes gubernamentales. Hay agencias internacionales con pequeñas oficinas, pero a los corresponsales de muchos países se les niega la entrada, o se los detiene y expulsa.
En los últimos años aumentó el uso de bloqueadores de señales de radio para impedir la difusión de información no controlada. El acceso a internet está restringido principalmente a los miembros de la elite del partido gobernante. Aunque al menos cuatro millones de norcoreanos están suscritos a Koryolink, la principal red móvil de Corea del Norte, los suscriptores no pueden acceder a contenidos de fuera del país.
3. Turkmenistán
Desde 2006, gobierna el país Gurbanguly Berdymukhamedov, que tiene un control casi absoluto sobre todas las esferas de la vida en Turkmenistán. Eso incluye a los medios de comunicación, que en vez de informar promueven el culto a su persona. El régimen suprime las voces independientes deteniendo y encarcelando a periodistas y forzando a muchos otros al exilio.
4. Arabia Saudita
Es una de las pocas monarquías absolutas que quedan en el mundo, así que es autoritaria por definición. Pero desde el ascenso del príncipe heredero Mohammed bin Salman, en 2017, el régimen se radicalizó. Las leyes antiterroristas y contra la ciberdelincuencia sirven de excusa para encarcelar a los periodistas y blogueros que se apartan de la narrativa gubernamental. Se calcula que había al menos 16 periodistas presos a fines de 2018, y en el primer semestre de 2019 las autoridades detuvieron a otros nueve. Hay varios reportes de periodistas torturados en prisiones.
5. China
Desde la llegada de Xi Jinping al poder en 2013, China reforzó los mecanismos represivos. CPJ afirma que tiene el aparato de censura más extenso y sofisticado del mundo. Es uno de los mayores encarceladores de periodistas, con al menos 47 tras las rejas a fines de 2018. Tanto los medios de comunicación privados como los estatales están bajo estricta supervisión gubernamental, y los que se apartan de la línea del Partido Comunista son castigados. Desde 2017, ningún sitio web o cuenta en redes sociales está autorizado a proporcionar un servicio de noticias sin permiso de la Administración China del Ciberespacio. Los motores de búsqueda, sitios de noticias y redes extranjeras como Twitter, Facebook y YouTube, están bloqueadas.
En la región noroccidental de Xinjiang, donde las autoridades han detenido a hasta tres millones de musulmanes uigures y turcos en campos de reeducación, la vigilancia y la censura son generalizadas. Los periodistas de la región corren el riesgo de ser encarcelados por informar todos los días. El Club de Corresponsales Extranjeros de China afirmó que muchos de los que viajan a la región son seguidos y vigilados en todo momento.
6. Vietnam
El presidente y secretario general del Partido Comunista, Nguyen Phu Trong, gobierna desde 2018. El partido único controla todos los medios de comunicación impresos y audiovisuales de Vietnam. Una serie de leyes y decretos represivos reducen drásticamente la posibilidad de hacer cualquier crítica al gobierno, a sus políticas y a su desempeño. La Ley de Prensa de 2016 establece que los medios deben ser la voz del partido y de las agencias estatales. No hay ninguna agencia de noticias independiente a la que se le permita tener su sede en Vietnam.
7. Irán
El líder supremo Ali Khamenei, en el poder desde 1989, montó un sistema represivo que encarcela a periodistas, bloquea sitios web y mantiene un clima de miedo, que incluye a las familias de quienes se dedican a informar. Todos los periodistas que trabajan en Irán deben recibir un permiso oficial, que se suspende o revoca regularmente. Las oficinas extranjeras están permitidas, pero trabajan bajo una intensa vigilancia. A los corresponsales extranjeros se les suspende habitualmente el permiso de trabajo.
8. Guinea Ecuatorial
En septiembre de 2017, el dibujante Ramón Nsé Esono Ebalé, que vivía en el exilio, fue arrestado por las autoridades cuando se encontraba en el país para renovar su pasaporte. Se lo interrogó sobre sus dibujos y su blog, que contenían comentarios críticos sobre el presidente, y fue encarcelado durante seis meses por cargos falsos de lavado de dinero y falsificación. Tras su liberación en marzo de 2018, se negaron a renovar su pasaporte durante varios meses, lo que le impidió regresar a su casa con su esposa e hijo en El Salvador.
9. Bielorrusia
El presidente Alexander Lukashenko, en el poder desde 1994, es el jefe de Estado más antiguo de Europa. Las autoridades ejercen un control casi absoluto sobre los medios de comunicación, y los pocos periodistas y blogueros independientes sufren acoso y detenciones. Es habitual que el Estado arreste a profesionales, allane salas de redacción e inicie investigaciones penales para informar. En los últimos años, el gobierno ha bloqueado sitios web de noticias independientes, como Charter 97, fundado por la ahora exiliada periodista Natalya Radina.
10. Cuba
Miguel Díaz-Canel sucedió a Raúl Castro en 2018 en la presidencia, pero nada cambió. Cuba sigue teniendo el ambiente más restringido para la prensa en todo el continente americano. Los medios de comunicación impresos y audiovisuales están totalmente controlados por el Estado y deben estar «de acuerdo con los objetivos de la sociedad socialista». Cuba puso en marcha el acceso a internet en domicilios particulares en 2017, pero los servicios son prohibitivamente caros para la mayoría de los cubanos: 4 gigabytes de datos cuestan alrededor de 30 dólares, el equivalente al salario mensual promedio.
Aunque internet abrió un cierto espacio para la información crítica, el proveedor de servicios de propiedad estatal, ETECSA, ha recibido la orden de bloquear el contenido contrario al gobierno. La vigilancia física y online, las detenciones de corta duración, los allanamientos y las incautaciones de equipos son padecimientos habituales para los periodistas cubanos.
En abril de 2019, agentes de policía detuvieron a Roberto Jesús Quiñones, colaborador del sitio web de noticias CubaNet, frente al Tribunal Municipal de Guantánamo, donde cubría un juicio, y lo golpearon mientras era trasladado a la comisaría. Quiñones había sido acosado por las autoridades cubanas en el pasado, tiene prohibido salir del país y ha sido detenido varias veces.