Ciudad de México, 2 Sep (BBC).- Ocurrió el 8 de agosto. Semanas después varios desconocidos llegaron a un bar en Coatzacoalcos, Veracruz, en el sureste, y tras cerrar todas las puertas incendiaron el local.
Ese 27 de agosto murieron 28 personas y 11 más resultaron heridas. En ambos casos las autoridades señalaron a las bandas de tráfico de drogas como las responsables de los ataques.
Las masacres recuerdan los años más intensos de la guerra contra el narcotráfico, declarada por el expresidente Felipe Calderón en 2006.
Algunos vieron en ellas una señal de la violencia creciente en México, que tuvo en 2018 el año con el mayor número de homicidios en su historia reciente: se cometieron más de 33.000.
Otros fueron más allá. Desde febrero pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que ya no hay guerra contra las drogas en México.
Y luego anunció una nueva estrategia de seguridad que contempla, por ejemplo, dar becas y empleo a jóvenes y evitar que sean reclutados por bandas de narcotráfico.
También se creó la Guardia Nacional, una corporación integrada por policías militares para sustituir a la Policía Federal.
Pero al margen de la nueva estrategia, en lo que va de año los carteles mantuvieron sus operaciones, advierten los expertos.
«El narcotráfico no sólo no se fue sino que consolidó su presencia», asegura Carlos Rodríguez Ulloa, de la organización Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede).
«Una muestra es lo de Coatzacoalcos, que es producto de la delincuencia organizada. Esos niveles de violencia se explican por una espiral de violencia» en el país, le explica a BBC Mundo.
Al presentar su primer informe de gobierno este domingo, a pocos días del ataque en Veracruz, López Obrador hizo referencia a la inseguridad y reconoció que sigue siendo una tarea pendiente.
«Todavía padecemos de inseguridad y violencia, considero que por la mala estrategia que se aplicó desde el principio», dijo, haciendo referencia al despliegue militar que hizo entonces el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) para contener a los carteles.
Y subrayó que su estrategia para combatirla consiste en «que haya buenos empleos y salarios» y la creación de la Guardia Nacional, que ya cuenta con 58.600 efectivos y se ampliará hasta llegar a 140.000.