Este martes desde las 06:00, los equipos de emergencia retomaron la búsqueda de las dos personas que aún continúan desaparecidas tras la riada que afectó a la comunidad de Achira, en Samaipata, en el departamento de Santa Cruz. El 17 de noviembre se reportaron a seis personas desaparecidas; ahora sólo se buscan a dos, entre ellos, una mujer mayor de edad.
Durante la noche, por falta de luz, solo un equipo de maquinaria pesada continuó trabajando en la zona, donde el panorama sigue siendo crítico. Rescatistas, policías y autoridades departamentales permanecen en el lugar.
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La Policía utiliza perros especializados para intentar localizar a dos personas desaparecidas. Una de ellas, se trata de Ramona Banegas Campos, una mujer de la tercera edad que continúa desaparecida desde que la riada arrasó con su vivienda. Su familia vive momentos de profunda angustia.
«Esperamos ahora que aparezca mi tía (…) Lo que queremos es más máquinas para que se remueva. No es la única que está desaparecida pero, como familia, queremos que la encuentren. De la casa de mi tía no ha quedado nada, es la más afectada. Mi tío está en el hospital, no he podido verlo… Pedimos que nos manden máquina, para que sigan encontrando personas«, relató una familiar de la mujer desaparecida a El Deber.
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Achira se encuentra trágicamente afectada las casas permanecen cubiertas de lodo y escombros, y algunas viviendas tienen barro hasta el techo. La maquinaria pesada intenta despejar los accesos y remover los restos que dejó el desborde del río, que arrastró gigantescas piedras, troncos y todo a su paso.
Varios habitantes fueron evacuados a comunidades cercanas. Un grupo de los pobladores de la comunidad se resguardaban en una iglesia, mientras que el gobernador Camacho, anunció que llegará más maquinaria desde localidades aledañas para reforzar las labores de limpieza y rescate.
Las labores continúan mientras familias y rescatistas mantienen la esperanza de encontrar a las personas desaparecidas y comenzar la reconstrucción de la comunidad. Hay familias que intentan ingresar a sus hogares, aunque muchas casas han quedado prácticamente sepultadas.

