En el marco de los actos centrales por el Bicentenario de Bolivia, el vicepresidente del Estado y presidente nato de la Asamblea Legislativa Plurinacional, David Choquehuanca, brindó un discurso crítico y reflexivo sobre la situación del país. Afirmó que, a dos siglos de la fundación de Bolivia, persiste una deuda histórica con la diversidad y la inclusión.
“Todavía no se comprende ni se acepta que la fuerza de nuestra nación radica en el manejo complementario de lo diverso. Todavía se humilla lo distinto, se ofenden las diferencias y se deshonra lo opuesto”, expresó Choquehuanca desde la Casa de la Libertad, en Sucre, durante la sesión de honor de este 6 de agosto.
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El acto comenzó con un minuto de silencio en homenaje a los próceres caídos durante la lucha por la independencia, seguido por la entonación del Himno Nacional, interpretado por el grupo folklórico Los Kjarkas. Posteriormente, se convocó al presidente Luis Arce para sumarse a la sesión y escuchar el mensaje oficial.
En su intervención, Choquehuanca aseguró que, aunque se avanzó con la creación del Estado Plurinacional, aún persiste una estructura dominada por el sistema republicano patriarcal. “El Estado Plurinacional sigue atrapado por un sistema ajeno a nuestra realidad. Persiste el caudillismo y el llunkerío”, denunció.
Añadió que la segunda fase del proceso de cambio debe enfocarse en una descolonización y despatriarcalización completas, con políticas que reconozcan y valoren las raíces culturales, sociales y espirituales del país.
“El pueblo sabe más y reconoce que durante las dos décadas del Estado Plurinacional no se ha construido un Estado con raíces propias. Es momento de plantearnos cómo queremos construirnos como nación”, enfatizó el vicepresidente.
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Asimismo, hizo referencia a una crisis global de liderazgo y de gestión, tanto a nivel nacional como internacional. “La humanidad entera sabe que no hay nadie al volante y no se dejará engañar más”, afirmó.
Resaltó que la doctrina del “Vivir Bien” debe guiar el camino de Bolivia hacia un futuro basado en la sabiduría de los pueblos, alejado del capitalismo y el patriarcado. “Es la base de un país que no solo resiste, sino que propone”, dijo.

