El Vaticano ha confirmado que el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco comenzará el miércoles 7 de mayo en la Capilla Sixtina, tras la conclusión de las Misas de sufragio por el eterno descanso del difunto pontífice.La decisión fue tomada por los cardenales reunidos en la V Congregación General, marcando el inicio de un proceso que definirá el rumbo de la Iglesia Católica para los próximos años.
Este cónclave será el más numeroso y diverso de la historia, con 135 cardenales electores procedentes de 71 países. Un 80% de ellos fueron designados por el papa Francisco, reflejando su visión de una Iglesia más inclusiva y global. La elección se llevará a cabo bajo estricto secreto, con los cardenales completamente incomunicados y realizando hasta cuatro votaciones diarias hasta alcanzar un consenso de dos tercios.
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La diversidad del colegio cardenalicio añade complejidad al proceso, ya que muchos de los electores no se conocen personalmente. En los días previos al cónclave, se han celebrado congregaciones generales para discutir los desafíos que enfrenta la Iglesia y el perfil deseado del próximo pontífice. Entre los temas abordados se encuentra la exclusión del cardenal Giovanni Angelo Becciu, condenado por malversación de fondos, cuya participación en el cónclave ha sido objeto de debate.
Entre los posibles candidatos al papado se mencionan figuras como el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, el italiano Pietro Parolin y el español José Cobo Cano. Sin embargo, no hay un favorito claro, y las divisiones internas entre sectores progresistas y conservadores podrían influir en la elección. Algunos cardenales abogan por continuar con las reformas de Francisco, mientras que otros prefieren un retorno a doctrinas más tradicionales.
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La Iglesia Católica enfrenta desafíos significativos, como la disminución de fieles en Europa, el crecimiento en África y Asia, y debates sobre temas como los derechos LGTBIQ+, el papel de la mujer y la inteligencia artificial.El nuevo papa deberá abordar estas cuestiones y mantener la relevancia de la Iglesia en un mundo en constante cambio.
El inicio del cónclave ha generado gran expectación entre los fieles y observadores de todo el mundo. La elección del próximo papa no solo definirá el liderazgo espiritual de 1.400 millones de católicos, sino que también influirá en la dirección moral y social de la Iglesia en las próximas décadas. La espera por el humo blanco, símbolo de la elección de un nuevo pontífice, mantiene en vilo a creyentes y no creyentes por igual.

