Harvard University, una de las principales afectadas por estas políticas, presentó una demanda contra la administración Trump, acusándola de intentar controlar las decisiones académicas y de represaliar políticamente a la institución por resistirse a sus exigencias. La universidad enfrenta la congelación de aproximadamente $us 9.000 millones en fondos federales, incluyendo $us 2.200 millones en subvenciones.
La administración Trump ha defendido sus acciones argumentando que algunas universidades han permitido manifestaciones con expresiones antisemitas en sus campus, especialmente en el contexto de las protestas contra la guerra en Gaza. En marzo, se retiraron $us 400 millones en subvenciones a la Universidad de Columbia por supuesta inacción ante incidentes de antisemitismo.
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En un movimiento que ha sacudido los cimientos del sistema educativo estadounidense, el presidente Donald Trump firmó el 23 de abril una serie de órdenes ejecutivas destinadas a restringir las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en las universidades del país. Estas medidas buscan imponer una supervisión más estricta sobre las donaciones extranjeras y reformar el sistema de acreditación académica, bajo el argumento de que las instituciones han priorizado ideologías «woke» sobre el mérito académico.
La respuesta de la comunidad académica no se hizo esperar. Más de 200 rectores y presidentes universitarios emitieron una carta conjunta condenando lo que describen como una «intromisión gubernamental sin precedentes» que amenaza la libertad académica y la autonomía institucional.
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En paralelo, las universidades están adoptando medidas para contrarrestar el impacto de estas políticas. Harvard anunció que eximirá del pago de matrícula a estudiantes de familias con ingresos inferiores a $us 200.000 anuales, y cubrirá gastos adicionales para aquellos con ingresos por debajo de $us 100.000, buscando ampliar el acceso a la educación superior y mantener la diversidad estudiantil.
Este enfrentamiento entre el gobierno federal y las instituciones académicas plantea interrogantes sobre el futuro de la educación superior en Estados Unidos, la libertad académica y el papel del Estado en la regulación de las políticas universitarias. Mientras tanto, la comunidad educativa se prepara para una batalla legal que podría redefinir los límites de la autonomía universitaria en el país.