La Federación Boliviana de Fútbol (FBF) ha dado un paso trascendental al implementar un modelo asociativo para la venta de los derechos de televisación, de la Copa de División Profesional (DivPro), proyectando ingresos de al menos 120 millones de dólares en los próximos cuatro años. Este cambio, aprobado en un Congreso Extraordinario, marca un antes y un después en la gestión del fútbol nacional, que busca superar la crisis financiera que afecta a varios clubes.
El acuerdo, liderado por la empresa estatal Entel, incluye la participación de otros operadores como Cotas y abre la puerta a nuevas alianzas. Según el presidente de la FBF, Fernando Costa, el 85% de los ingresos será destinado directamente al fútbol boliviano, mientras que el 15% quedará en manos de las empresas encargadas de la transmisión. Este modelo garantiza no solo un flujo constante de recursos, sino también una mayor transparencia en la distribución.
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Uno de los aspectos más destacados del nuevo esquema es la terciarización de la producción de los partidos, lo que permitirá a la FBF concentrarse en su misión principal: promover y desarrollar el fútbol en el país. Además, se espera que este modelo atraiga a más operadores interesados en retransmitir los encuentros, ampliando así el alcance del balompié boliviano.
El impacto inmediato de este acuerdo ya se siente en los clubes de la División Profesional, que recibirán adelantos significativos para aliviar sus finanzas. Según Costa, este ingreso representa una oportunidad única para fortalecer las bases del fútbol nacional y mejorar las condiciones de los equipos, muchos de los cuales enfrentan deudas acumuladas y falta de infraestructura adecuada.
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Sin embargo, no todo es optimismo. Algunos expertos han señalado que el éxito de este modelo dependerá de una gestión eficiente y de la capacidad de la FBF para cumplir con las expectativas generadas. Además, la falta de interés de empresas internacionales en la licitación plantea interrogantes sobre la competitividad del fútbol boliviano en el mercado global.
Con este ambicioso proyecto, la FBF busca no solo estabilizar el presente, sino también construir un futuro más prometedor para el fútbol boliviano. El desafío ahora es demostrar que este modelo puede ser sostenible y convertirse en un ejemplo para otras federaciones de la región.