La tragedia que cobró la vida de Thomas Cooper, un niño de cinco años, tras la explosión de una cámara hiperbárica en Troy, Michigan, ha derivado en acusaciones formales contra cuatro personas. El incidente, ocurrido el 31 de enero de 2025 en el Centro Oxford, dejó a la comunidad conmocionada y expuso graves negligencias en el manejo de estos dispositivos médicos.
Según la fiscal general de Michigan, Dana Nessel, los acusados enfrentan cargos que van desde homicidio en segundo grado hasta homicidio involuntario. Entre ellos se encuentra Tamela Peterson, directora ejecutiva del centro, quien enfrenta una fianza de 2 millones de dólares. También están implicados Gary Marken y Jeff Mosteller, responsables de la seguridad y administración, así como Aleta Moffitt, operadora de la cámara en el momento de la explosión.
LEA TAMBIÉN: EEUU: Retiran crema contra el acné por riesgo de sustancia cancerígena
Las investigaciones revelaron múltiples irregularidades, como la falta de inspecciones de seguridad y el uso de cámaras más allá de su vida útil. Además, no se contaba con un médico ni un técnico certificado durante el tratamiento. «Esta tragedia podría haberse evitado si se hubieran seguido los protocolos de seguridad adecuados», afirmó Nessel en una conferencia de prensa.
El pequeño Thomas estaba recibiendo un tratamiento experimental para la apnea del sueño y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, condiciones para las cuales la oxigenoterapia hiperbárica no está aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos. La madre del niño, quien estaba presente durante el incidente, sufrió heridas al intentar rescatarlo.
LEA TAMBIÉN: Video: Madre nombra a su recién nacido ‘Aguacate’ y desata controversia en redes sociales
La explosión, causada aparentemente por una chispa, desató un incendio que consumió la cámara en segundos. Este tipo de eventos son considerados terminales debido a la alta presión y el oxígeno puro en el interior del dispositivo. Las autoridades han suspendido el uso de cámaras hiperbáricas en las sedes del Centro Oxford mientras continúan las investigaciones.
Este caso ha generado un intenso debate sobre la regulación y supervisión de tratamientos médicos alternativos. Mientras tanto, la comunidad de Troy lamenta la pérdida de Thomas y exige justicia para evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir.