La madrugada de este domingo, Montero, Santa Cruz, se despertó con la trágica noticia del fallecimiento de un hombre de 35 años, quien había sido rociado con alcohol y prendido fuego por su pareja hace dos semanas. La víctima, que deja en la orfandad a seis niños, no pudo superar las graves quemaduras que afectaron el 60% de su cuerpo.
El incidente ocurrió en el municipio cruceño de Montero, donde la agresora, tras cometer el atroz acto, envió a la víctima a la casa de sus padres con su hermano antes de darse a la fuga. La familia del fallecido, visiblemente afectada, ha pedido a las autoridades que se haga justicia y se capture a la responsable de este crimen.
El padre del hombre, entre lágrimas, declaró que nunca imaginó tener que enterrar a su hijo. «Es un dolor indescriptible. Mi hijo era un hombre trabajador y dedicado a su familia. No merecía este destino», expresó con la voz quebrada. La comunidad de Montero se ha unido en solidaridad con la familia, organizando vigilias y marchas para exigir justicia.
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Las autoridades locales han iniciado una intensa búsqueda para dar con el paradero de la agresora, quien hasta el momento sigue prófuga. La policía ha instado a la población a colaborar con cualquier información que pueda llevar a su captura. «No descansaremos hasta que esta persona responda por sus actos», afirmó un portavoz de la policía.
Este caso ha generado un fuerte debate sobre la violencia de género en Bolivia, un problema que sigue afectando a muchas familias en el país. Organizaciones de derechos humanos han aprovechado la ocasión para reiterar la necesidad de políticas más efectivas para proteger a las víctimas y prevenir futuros casos de violencia.
La familia del fallecido ha agradecido el apoyo de la comunidad y ha hecho un llamado a las autoridades para que no dejen impune este crimen. «Queremos justicia para mi hijo y para todos los que han sufrido violencia. No podemos permitir que esto siga ocurriendo», concluyó el padre del hombre.