El objetivo de la Real Academia Española (RAE) es siempre mejorar el abecedario español y hacerlo más orgánico. Sin embargo, algunos de esos cambios siempre causan controversia entre los usuarios.
La edición de Ortografía del año 2010 tenía como principales objetivos, una ortografía «razonada y exhaustiva, pero simple y legible» según afirmó la RAE. Se cambió «quorum» por «cuórum», se eliminaron las tildes de palabras como «solo», «guion» y «o» (cuando se encuentra entre números). Además, la «i griega» pasó a denominarse «ye».
Los hablantes hispanos se han sorprendido y han estado desconcertados por esta decisión. De hecho, muchos han cuestionado a la RAE en las redes sociales sobre la veracidad de este cambio.
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Es importante destacar que la RAE ha estado promoviendo durante muchos años el cambio de la pronunciación de la letra «y» por «ye» con el fin de facilitar el aprendizaje del español, ya que las letras «i» e «y» tienen un sonido fonético idéntico. La letra «y» o «ye» se diferencia más de la letra «i latina» y ya no hay dos letras «i», lo que puede ser confuso para cualquier extranjero que aprende el idioma. Este cambio, como siempre, muestra la constante adaptación del español a las demandas de comunicación actuales.
Sin embargo, no solo estos cambios han provocado la pérdida de letras y símbolos en el abecedario de la lengua española. En el año 2010, también se eliminaron las letras «ch» y «ll», que ahora se interpretan como mezclas de la letra «c» con la letra «h» y la letra «l». La RAE, por otro lado, decidió disminuir el uso de las letras «k» y «w» debido a su origen extranjero.
A pesar de la desaparición de algunas palabras, surgen nuevas palabras como «crack» para referirse a alguien que destaca en una materia, «machirulo» para referirse a la idea de «macho alfa» y «perreo» para referirse a un baile típico del reguetón, o anglicismos como «big data» (macrodatos), «cookie» (datos almacenados en el navegador del usuario al acceder a una web) o «emoji».