En una tarde soleada de junio de 2017 en California, Estados Unidos; Anthony Flores y su novia Anna Moore hicieron lo que para ellos era una rutina: un viaje de más de 300 kilómetros desde Fresno a Venice Beach, para disfrutar de un helado vegano en la famosa heladería Kippy’s. La pareja destacaba entre los demás clientes. Siempre impecables, hasta para una escapada casual llevaban trajes y corbatas a juego. Aquella tarde, mientras examinaban los sabores, un hombre de mediana edad con el cabello canoso y corto se les acercó.
Se trataba del doctor Mark Sawusch, un oftalmólogo cuyo consultorio quedaba cerca del lugar, y quien, en cuestión de horas, les entregaría las llaves de su Tesla. Una semana más tarde, Flores y Moore dejarían atrás su apartamento en Fresno para mudarse con el médico a su casa de playa en Malibú. Según revela New York Magazine, apenas unos meses después, el doctor estaría muerto, y los rumores y sospechas rodearían a la pareja que ahora ocupaba su hogar.
Anthony Flores había nació en una familia de clase media-baja en Clovis, un pequeño pueblo agrícola de California. Se lo conocía por su carisma y talento artístico; llegó a ser coronado rey del baile y “el más artístico” de su clase en la secuendaria. Por otro lado, Anna Moore, hija de dos académicos del Área de la Bahía de San Francisco, tuvo sueños de ser actriz. Estudió en la prestigiosa Tisch School of the Arts de la Universidad de Nueva York y tomó un curso de verano en la Royal Academy of Dramatic Art en Londres.
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Para 2018, la casa en Malibú era un santuario para la pareja, pero un infierno para quienes se adentraban en el círculo íntimo de la vida del doctor. La masajista Amanda Tardif, recién graduada de la escuela de masajes, llegó buscando trabajo y se sorprendió al descubrir que su único cliente sería Sawusch, que recibía hasta ocho horas diarias de masaje por un equipo rotativo de terapeutas. Flores, quien se presentaba como el cuidador del doctor, la regañaba por cualquier error y la sometía a un ambiente que rápidamente se tornó hostil.
En un punto, vio cómo Flores organizaba montones de hongos alucinógenos en un pastillero diario, parte de un régimen que incluía ketamina y LSD, supuestamente para aliviar los síntomas del trastorno bipolar del doctor. Cuando los terapeutas se atrevían a cuestionar la terapia, se les decía que estaban allí para “apoyar la curación” de Sawusch, y si insistían en pedir una consulta privada con el doctor, eran despedidos.
Las cámaras de seguridad, instaladas en la casa y monitoreadas por Flores y Moore desde un hotel cercano, registraron las últimas horas de vida de Sawusch. El 27 de mayo de 2018, el doctor, cada vez más errático, se desplomó entre el sofá y la mesa de café, cerrando los ojos para nunca más abrirlos. Flores, desde la habitación del Hotel Huntley, hizo la llamada al 911: “Creo que mi amigo ha muerto en nuestra casa. No estoy ahí, pero la puerta está abierta”. El reporte forense luego revelaría que el doctor tenía ketamina y alcohol en su sistema en el momento de su muerte.
Lo que siguió fue una batalla legal que terminaría en arrestos y juicios. En 2023, tras años de litigios, Flores fue arrestado en Fresno y Moore detenida en un aeropuerto mientras volaba desde México a Houston. Ambos se declararon culpables de múltiples cargos, incluyendo fraude y lavado de dinero. Flores recibió una sentencia de 15 años de prisión, y Moore espera su condena en octubre de 2024. En su último mensaje al doctor, Flores expresó con aparente pesar: “Lo siento por mis crímenes… Te amo, Mark. Nunca te olvidaré. Ojalá hubiéramos tenido más tiempo juntos”.