Ya ha sido bautizada como la guerra del arroz y enfrenta, por un lado, al gobierno brasileño y, por otro, a los productores del cereal, especialmente del estado de Rio Grande do Sul, que aporta el 70% del suministro nacional. La primera batalla la ganaron los productores, que consiguieron que se anulara la subasta realizada el 6 de junio para comprar arroz en el extranjero.
La guerra continuará en los próximos días porque ya se ha anunciado otra. De hecho, el Ministro de Desarrollo Agrario y Agricultura Familiar, Paulo Teixeira, ha dicho que el anuncio de la nueva subasta de arroz importado debería publicarse esta semana o a principios de la próxima.
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Todo empezó con las terribles inundaciones que en mayo afectaron al estado de Rio Grande do Sul, en el sur del país. En sus diversos viajes a la región afectada, el presidente no sólo hizo declaraciones sobre la reconstrucción, sino que también hizo sonar la alarma del arroz, a pesar de que los propios productores habían señalado que se había salvado casi toda la cosecha.
El gobierno, sin embargo, siguió adelante con su decisión y, a través de la CONAB, la Compañía Nacional de Abastecimiento, convocó una subasta pública el 6 de junio para comprar 263.000 toneladas de arroz. Desde Brasilia no se filtró ninguna información sobre qué países extranjeros podrían estar interesados en vender arroz al gigante latinoamericano, pero muchos expertos hablaron de Vietnam, Tailandia y, sobre todo, China, que ha donado un total de 25 millones de reales, 4,65 millones de dólares, a Rio Grande do Sul.
El viernes pasado, el Instituto del Arroz de Rio Grande do Sul (Irga) anunció el fin de la cosecha de arroz en el estado. A pesar de las violentas inundaciones que lo azotaron, la cosecha fue incluso superior a las previsiones hechas antes de la tragedia. Según el instituto, se produjeron 7,16 millones de toneladas de arroz en la cosecha 2023/2024, una cifra que haría innecesaria la importación de grano extranjero. “En la cosecha 2023/2024, se sembraron 900.203 hectáreas de arroz de regadío y se cosecharon 851.664,22 hectáreas, lo que corresponde al 94,61% de la superficie sembrada, con una productividad media de 8.410,21 kilogramos por hectárea”, menciona el comunicado del Irga.
Cerca de 47.000 hectáreas, correspondientes al 5,22% de la superficie sembrada, se perdieron con las inundaciones, y se concentran principalmente en la región central del estado. Según el presidente del Irga, Rodrigo Machado, “los datos de esta cosecha prueban lo que nuestro instituto viene diciendo desde principios de mayo, que la cosecha de arroz en el estado de Rio Grande do Sul, dentro de su cuota de producción en el mercado brasileño, garantiza el abastecimiento del país y no hay técnicamente ninguna justificación para importar arroz en Brasil”.

