En Estados Unidos, un dictamen de la jueza federal Kathryn Kimball Mizelle acabó con la obligatoriedad de la mascarilla en el transporte público. Mientras que el Gobierno español aprobó eliminar su uso en gran parte de los espacios cerrados. Así, ambas naciones se suman a la creciente lista de países que relajan las restricciones sobre una de las primeras medidas sanitarias para contener el Covid-19.
Los estadounidenses y españoles verán cada vez menos mascarillas en su vida cotidiana. Los dos países anunciaron esta semana la relajación de las medidas sanitarias que contemplaban su uso en lugares cerrados.
Mientras que la Justicia de la nación norteamericana acabó con su porte obligatorio en el transporte público, el país europeo optó por volverlo opcional en espacios cerrados.
Las dos decisiones hacen parte de una ola de anuncios de varios países occidentales que han vuelto más flexible el uso de las mascarillas en lugares cerrados.
España se suma a lista en la que figuran Francia, Alemania, Bélgica, Reino Unido o Países Bajos, en los que ya no es necesario usar el tapabocas en lugares cerrados.
Estados Unidos: una decisión a expensas de los deseos de la Casa Blanca
El deseo de las autoridades sanitarias de EE. UU. de prorrogar hasta el 3 de mayo el mandato que exigía a los viajeros el uso de mascarillas en el transporte público se encontró con un obstáculo. La jueza Kathryn Kimball Mizelle, nominada en el Gobierno de Donald Trump para la corte de distrito de Tampa, en el estado de Florida, declaró la medida como «ilegal», dejándola sin efecto.
La jueza justificó su decisión asegurando que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) se habían excedido en su autoridad con el mandato, no habían solicitado comentarios del público y no habían explicado adecuadamente sus decisiones.
El dictamen fue celebrado por gran parte de los republicanos y sectores de la industria estadounidense, pero también fue tildado de “decepcionante” por el Gobierno de Biden.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, sentenció que ese tipo de decisiones «no deberían ser tomadas por tribunales, sino por expertos en salud pública” y recomendó a los estadounidenses seguir portando la mascarilla en el transporte público, “cumpliendo con las guías de los CDC”.
La medida ha causado controversia por los lineamientos contradictorios en los que está derivando. Pero también porque llega en un momento en el que los contagios por Covid-19 vuelven a aumentar en EE. UU., con una media de 36.251 nuevas infecciones diarias y 460 muertes diarias, y cuando el país tiene el número de muertes totales por la enfermedad más alto del mundo.
Contradicciones y especificaciones: una ola de anuncios en el sector turístico
Las primeras en pronunciarse fueron las aerolíneas. Compañías como American Airlines, United Airlines, Delta Air Lines DAL.N, y Amtrak, relajaron las restricciones con efecto inmediato.
«Nos sentimos aliviados al ver que se levanta el mandato de uso de mascarillas en Estados Unidos para facilitar los viajes a nivel mundial”, aseguró Delta.
Para muchos se trata de un arma de doble filo para el sector turístico que seguía recuperándose de las restricciones por el Covid-19, y que tenía en febrero una media del 89% de los niveles anteriores a la pandemia.
Aunque muchos apuntan a que motivará a quienes se oponen a los mandatos obligatorios del uso mascarilla, la medida también podría crear desconfianza en cierta parte de la sociedad.
Solo el 36% de los estadounidenses piensan que la gente debería dejar de usar mascarillas, según muestra una encuesta llevada a cabo por Reuters/Ipsos en los meses de enero y febrero.
Además, la determinación ha llevado a que se tomen medidas no del todo claras. Ya que son las propias compañías las que han dado sus lineamientos específicos.
La agencia de noticias AP ilustra la situación con un ejemplo. Los pasajeros de un vuelo de United Airlines de Houston a Nueva York podrían quitarse las mascarillas en el avión, pero tendrían que volver a ponérselas al bajar del vuelo en en la Gran Manzana.
En los aeropuertos el panorama no es distinto. Varios han tomado con cautela el anuncio, como el de Nueva York y el de San Francisco, mientras que algunos otros han eliminado los requisitos, como el de Houston y el de Los Ángeles.
Trenes, autobuses y transporte: ¿cómo les afecta el anuncio?
Al igual que en los aviones, los nuevos lineamientos contrastan dependiendo del lugar para los otros tipos de transporte público. En Nueva York, la Autoridad Metropolitana de Transporte mantuvo la obligatoriedad de la mascarilla en el metro, en los autobuses y en las líneas ferroviarias de cercanías.
En Filadelfia, la historia es otra: ya no se exigirán mascarillas en el metro, en los autobuses ni en los trenes.
Washington, por su parte, hizo el porte opcional tanto para sus clientes y empleados.
En cuanto a los transportes compartidos, varias empresas como Lyft y Uber anuncian que las mascarillas ya no serán obligatorias.
“Ahora puede viajar sin mascarilla y usar el asiento delantero si lo necesita. Si bien todavía se recomienda el uso de mascarillas, hemos actualizado nuestras políticas de seguridad de Covid”, aseguró Uber en su cuenta de Twitter.