Este viernes 7 de enero, el presidente de Kazajistán dijo ante medios locales que autorizaba a las fuerzas de seguridad que abrieran fuego contra los “terroristas” y agradeció a Rusia y a sus aliados por su ayuda para restaurar el orden. La Unión Europea advirtió que se encuentra “vigilante” ante la presencia de militares extranjeros.
«La operación antiterrorista continúa. Los militantes no han depuesto las armas, siguen cometiendo crímenes o los preparan. Debemos llevar a cabo la lucha con ellos hasta el final. Los que no se rindan serán eliminados», dijo ante los medios Kassym Jomart Tokayev, presidente de Kazajistán.
En el discurso televisado, culpó de los disturbios a los «terroristas» y «militantes», razón por la cual autorizó el uso de la fuerza contra ellos.
Según Tokayev, al menos 20.000 “bandidos” han atacado y destruido propiedad estatal en la capital financiera de Almatí, y que por esa razón, el apoyo militar enviado desde Rusia ayudaría “al mantenimiento de la paz y la seguridad”.
El mandatario agradeció en su discurso al presidente ruso Vladimir Putin, así como a los líderes de China, Uzbekistán y Turquía por su ayuda para sofocar el levantamiento.
China: «Haremos todo lo posible para proporcionar el apoyo necesario»
Después de que Tokayev declaró que el orden constitucional se había restablecido en la mayor parte del país, China se pronunció ante la situación y manifestó su total apoyo a su aliado.
«China apoya todos los esfuerzos que ayuden a las autoridades kazajas a poner fin al caos lo antes posible y se opone firmemente a las fuerzas externas que crean deliberadamente malestar social e incitan a la violencia en Kazajistán. Como vecino fraternal y socio estratégico integral permanente, China está dispuesta a hacer todo lo posible para proporcionar el apoyo necesario a Kazajistán para ayudarle a superar las dificultades», declaró Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.
El aeropuerto de la ciudad, tomado el pasado miércoles por los manifestantes, pasó a estar bajo control del personal militar. Sin embargo, la violencia no cesa.
El 6 de enero cientos de manifestantes prendieron fuego a varios edificios y vehículos, mientras el Ejército se desplegaba en las calles y el servicio de Internet fue interrumpido por segundo día consecutivo.
«Decenas de atacantes fueron liquidados»
La muerte de 12 policías y decenas de manifestantes fueron confirmadas por las autoridades en las primeras horas del pasado jueves 6 de enero. Entre ellos un oficial que fue decapitado, lo que plantea un desafío creciente al Gobierno considerado autoritario en la nación de Asia Central.
«Decenas de atacantes fueron liquidados», señaló el miércoles 5 de enero la portavoz de la Policía Saltanat Azirbek al canal de noticias estatal ‘Khabar-24’, utilizando un término común para describir el asesinato de personas que se cree son extremistas.
Además, 353 personas resultaron heridas, de acuerdo con funcionarios de la ciudad citados por la prensa local.
El miércoles Almatí, como Astaná, la capital, y otras localidades, acapararon la atención internacional ante escenas de violencia que incluyeron la irrupción de cientos de personas en la residencia presidencial y en la oficina del alcalde de la mayor ciudad del país.
Pero las fuertes protestas se desataron desde el pasado 1 de enero, luego de que el Gobierno dejara de controlar los precios del combustible, lo que duplicó el precio del gas licuado, altamente utilizado para la mayoría de vehículos en la nación rica en petróleo.
Si bien este fue el detonante de las peores revueltas en Kazajistán desde que se independizó de la Unión Soviética hace tres décadas, la rápida propagación de las manifestaciones refleja un descontento generalizado en el país que ha estado bajo el control del mismo partido político desde que se separó del entonces Estado federal de repúblicas socialistas.
Rusia despliega tropas en Kazajistán y la UE advierte que está “vigilante”
Aunque el presidente Kassym Jomart Tokayev inicialmente pareció tratar de apaciguar a los manifestantes, luego prometió medidas duras para sofocar los disturbios, de los que culpó a lo que llamó «bandas terroristas» y pidió ayuda a la alianza militar exsoviética Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), liderada por Rusia.
Tras la petición del mandatario, rápidamente Moscú y la OTSC iniciaron el despliegue de tropas en suelo kazajo para sofocar los disturbios como parte de una misión de “mantenimiento de paz”, con la que esperan ayudar al jefe de Estado a recuperar el control del país, según reportaron las agencias de noticias rusas.
La alianza militar también está formada por Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán.
Aún no está claro cuántos soldados en total han sido enviados o cuánto tiempo permanecerán en la nación. El diputado ruso Leonid Kalashnikov aseguró que las tropas se quedarían «mientras el presidente de Kazajstán lo crea necesario» y añadió que se enfocarían principalmente en proteger la «infraestructura».
Desde ya su presencia genera preocupación. La Unión Europea señaló que se debe “vigilar con cautela” la llegada de los soldados extranjeros y pidió a la OTSC que respete la soberanía.
«Esperamos que la presencia de fuerzas internacionales no socave la independencia de Kazajistán», afirmó el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
Por su parte, este viernes la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el presidente de Francia Emmanuel Macron dieron a conocer su preocupación por la actual situación de Kazajistán, mientras realizaban la inauguración de la presidencia de Francia de la Unión Europea.
«Estoy siguiendo la situación en Kazajstán con gran preocupación. Los derechos y la seguridad de los ciudadanos son lo más importante y deben ser protegidos, y hago un llamamiento para que se ponga fin a la violencia, y la Unión Europea está dispuesta a ofrecer su ayuda allí donde pueda», expresó von der Leyen.
«Comparto los puntos de vista de la señora presidenta, ambos estamos preocupados, muy atentos, hemos pedido la desescalada y estamos muy movilizados en este nuevo contexto para ser activos, pero no tengo nada más que añadir a lo que ha dicho la señora presidenta», añadió Macron.
Los actuales acontecimientos en Kazajistán se producen en momentos en que todos los ojos estaban puestos en una posible invasión de Rusia a Ucrania, tras el aumento considerable de tropas en la frontera.
Dos países con una discordia en aumento desde que Moscú se anexionó en 2014 la entonces provincia ucraniana de Crimea y ante las recientes intenciones de Kiev de unirse tanto a la OTAN como a la Unión Europea, lo que ha desatado la furia del Kremlin.
Kazajstán es parte de una unión económica con Rusia y los dos países también comparten una larga frontera.
Con Reuters, AP, EFE y medios locales