Si el coronavirus sigue circulando entre los seres humanos, hay más chances de que siga cambiando y que aparezcan nuevas variantes. La atención sobre la diversidad de variantes ahora se amplió.
Hay una nueva variante de interés clasificada por la Organización Mundial de la Salud, llamada Mu, que fue detectada por primera vez en Colombia. También se detectó otra variante en Sudáfrica y otros países, que hasta ahora se conoce como “C.1.2″. La variante Mu ya fue detectada en algunos pacientes en Argentina. En cambio, aún no se registró a la C.1.2, según expertos en virología y genómica consultados por Infobae, quienes aclararon qué hay que tener en cuenta en cada caso y a cuál de las dos hay que prestarle más atención.
Desde el inicio de la pandemia, se había considerado que hay 4 variantes de preocupación, incluyendo a Delta, que ahora predomina en más de 100 países y duplica el riesgo de internación en personas que aún no se vacunaron. Otras cuatro variantes fueron clasificadas “de interés” para monitorear.
La variante detectada en Colombia pasó a llamarse Mu el lunes pasado por la agencia sanitaria de Naciones Unidas.
Le pusieron ese nombre porque desde mayo pasado las variantes se denominan con las letras del alfabeto griego. Mu es la duodécima letra de ese alfabeto, aunque para la Real Academia Española se llama Mi. Ya se ha detectado a la variante Mu en 39 países. Si bien la prevalencia global de la variante Mu ha disminuido y actualmente se encuentra por debajo del 0,1%, su prevalencia en Colombia ha aumentado al 39% y en Ecuador al 13%. La directora técnica del COVID-19 de la OMS, Maria van Kerkhove, dijo en Twitter que se han subido 4.500 secuencias de 39 países. Eso significa que al menos 4.500 personas en todo el mundo han sido infectadas y diagnosticadas con la variante Mu.
Según informó el lunes 31 de agosto el Instituto Nacional de Salud, la variante Mu fue junto con otros factores “la responsable de que el país viviera un tercer pico de la pandemia con un gran número de contagios, muy superior a los anteriores”.
En la Argentina, la variante Mu también ya fue detectada, según informó a Infobae la investigadora del Conicet y del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, Mariana Viegas, quien coordina el Proyecto País de vigilancia genómica del coronavirus, con apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
“Mu es una variante que tiene mutaciones que se encuentran también en variantes de preocupación que ya se han descubierto. Al haber tantos casos de personas con la variante Mu en Colombia, y que se haya detectado en muchos países, incluyendo América Latina, hizo que sea declarada como variante de interés”, sostuvo Viegas.
“Aquí en la Argentina, como parte del Proyecto País, hemos detectado a la variante Mu esporádicamente en casos de viajeros y algunos pocos casos sin nexo”, afirmó la doctora Viegas. “Hay que considerar que otras variantes de interés que se van siguiendo tienen esas mutaciones y no han generado nada distinto en los brotes”, agregó. La experta mencionó que hay que tener en cuenta que el coronavirus cambia como lo hacen todos los virus y “se está adapatando a este huésped que es el humano. Por eso esas mutaciones aparecen por convergencia en varios linajes/variantes a la vez”.
En tanto, el investigador en virología del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y la Universidad Nacional de Córdoba, Humberto Debat, comentó qué se sabe sobre la variante Mu: “La variante Mu del coronavirus presenta mutaciones en la proteína Espiga con importantes implicancias sobre el nivel de infectividad y evasión/escape inmune, como N501Y y E484K. También incluye a la mutación P681H que hace más eficiente el ingreso a la célula y está asociada a mayor infectividad”.
De acuerdo con el doctor Debat, hasta ahora solo “hay dos artículos científicos sobre la variante Mu por lo que es mucho más lo que desconocemos que lo que sabemos. Lo que es claro es su incipiente expansión en la región de Sudamérica, ya que representa al menos el 13% de los casos en Ecuador y el 14% en Chile.
Este último es relevante: Chile tiene un paisaje de variantes muy similar al de Argentina pero con circulación de Delta (que ya representa el 17% de los casos) y sin embargo Mu continua aumentando su frecuencia”.
“Esa expansión y aumento de frecuencia de la variante Mu en Chile es importante -advirtió el doctor Debat-, por lo que debemos estar atentos a su seguimiento y a nuevos estudios sobre esta variante. Tenemos que recordar que las variantes emergentes de la región han tenido un gran impacto en la pandemia en la Argentina, con una segunda ola impulsada principalmente por Gamma, que emergió en Brasil, y Lambda, en Perú. Por esto es tan importante vigilar y estudiar versiones del virus con circulación en Latinoamérica.
Mientras tanto, el lunes, el Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica emitió una alerta sobre el “linaje C.1.2”. Informó que se había detectado en todas las provincias del país, pero en un porcentaje relativamente bajo. El C.1.2 se detectó por primera vez en mayo, según la alerta, pero la variante Delta sigue siendo la variante dominante que se propaga en Sudáfrica y en el mundo.
En un artículo que aún no fue revisado por pares y que se enfocó en la variante, se afirma que la C.1.2 “se ha detectado desde entonces en la mayoría de las provincias de Sudáfrica y en otros siete países de África, Europa, Asia y Oceanía”, dijo Debat, quien también forma parte de Proyecto País. El linaje C.1.2 ha llamado la atención de los científicos porque, a pesar de su baja tasa en la población, posee mutaciones dentro del genoma similares a las observadas en variantes de interés y variantes preocupantes, como la variante Delta, así como algunas mutaciones adicionales.
Aún C.1.2 no fue clasificada como variante de interés ni de preocupación por la Organización Mundial de la Salud. El Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica sigue vigilando su frecuencia y examinando su comportamiento. Las pruebas para evaluar el impacto de las mutaciones que posee en la infecciosidad y la resistencia a las vacunas siguen en marcha. Hasta ahora, el virus no ha cumplido los criterios de la OMS para ser calificado como “variante preocupante” o “variante de interés”.
“La variante recientemente descrita en Sudáfrica no representa ningún riesgo hasta ahora. El reporte es anecdótico: la detección de un nuevo linaje, de los más de 1400 reportados a nivel global, con algunas características que propician su seguimiento. Es una de las versiones del virus más distintas a nivel genómico al originalmente aislado Wuhan: presenta hasta 59 mutaciones”, precisó el doctor Debat.
“Hasta el momento se ha publicado un solo trabajo que describe a la variante C.1.2. Habría emergido en un proceso de aceleración evolutiva, incorporando muchos cambios en poco tiempo. Esto es compatible con la hipótesis de emergencia de otras variantes de preocupación como Alfa y Beta, en un caso de infección persistente en persona inmunodeprimida, que facilita la replicación viral prolongada y favorece la diversificación viral. Tanto en este caso como en Alpha y Beta no deja de ser un escenario probable, pero muy difícil de confirmar”, mencionó Debat.
De los cambios que están presentes en C.1.2, “al menos 12 de las mutaciones están en la proteína Espiga, que media en el ingreso del virus a la célula e inicia el ciclo de replicación viral y es el blanco de la mayoría de los tratamientos y las vacunas”, remarcó. Entre esas 12 mutaciones, “hay 2 que se conocen muy bien, N501Y y E484K. La primera está presente en las variantes Alfa, Beta y Gamma, y la segunda en Beta y Gamma. Ambas asociadas a mayor infectividad y procesos de evasión y escape inmune”, afirmó.
“Más allá de estas diferencias genéticas y evolutivas con potencial impacto biológico, es importante destacar que solo se han secuenciado 101 genomas de esta variante a nivel global: 94 de ellos en Sudáfrica donde emergió, y alguna detección esporádica en otros 8 paises. Ninguna en el continente americano. Y en la misma geográfica es apenas una ínfima fracción de sus detecciones”. Es decir, resaltó el doctor Debat que “no hay evidencia ni de expansión geográfica ni de aumento de frecuencia por lo que no hay indicadores epidemiológicos asociados a la variante C.1.2 que generen preocupación”.
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