La escalada de violencia entre Israel y los grupos armados de Gaza que se inició el lunes se intensifica y se ha cobrado ya la vida de más de medio centenar de personas. La violencia se está extendiendo a la Cisjordania ocupada y a poblaciones del interior de Israel con importante población árabe, donde se han producido disturbios.
Desde el lunes han muerto 53 palestinos, entre ellos 14 niños, y 6 israelíes, incluyendo un menor.
Las milicias de Hamás y Yihad Islámica han lanzado desde el lunes más de 1.000 proyectiles, de los cuales 850 han impactado en territorio israelí. Por su parte, Israel ha llevado a cabo alrededor de 500 bombardeos, según el Ejército.
Los enfrentamientos son ya los peores desde 2014 en un conflicto asimétrico en el que la potencia de fuego del Ejército israelí es infinitamente superior a la de las milicias palestinas.
Egipto y Catar intentan mediar entre las partes mientras Estados Unidos, la UE, Rusia y la ONU han pedido calma y contención a las partes.
Durante la noche del martes al miércoles, aviones de combate han realizado un segundo ataque contra un edificio de catorce plantas en la ciudad de Gaza, que ha quedado destruido, aunque los vecinos han podido desalojarlo por un aviso previo.
«Israel se ha vuelto loco», decía un hombre en una calle de Gaza, mientras la gente corría buscando refugio.
Además de los 53 fallecidos hay más de 300 heridos, según el Ministerio de Sanidad Palestino.
Por su parte, el brazo armado de Hamás, las brigadas Al Qasam, han lanzado centenares de cohetes hacia el área metropolitana de Tel Aviv, el centro y el sur de Israel.
Una granada anticarro ha alcanzado un coche y ha matado a una persona cerca de la frontera con la franja, mientras un padre y su hija adolescente ha muerto de manera similar en la localidad de Lod, cerca de Tel Aviv.
Muchos israelíes han pasado la noche en los refugios. «Los niños se han salvado del coronavirus, y ahora un nuevo trauma», se lamentaba una mujer en Ashkelón, ciudad del sur del país, que es objetivo preferente de los cohetes.
Un portavoz militar israelí ha asegurado a Efe que los objetivos de los ataques aéreos sobre Gaza son dirigentes de Hamás. Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, ha asegurado que no habrá tregua en los bombardeos y que «los edificios seguirán derrumbándose» en Gaza hasta que haya una «calma total y a largo plazo».
La concentración de tropas de infantería y blindados en la frontera con la franja hace temer que pueda producirse una incursión terrestre, como en 2014, cuando la llamada «Operación Margen Protector» causó más de 2.100 muertos en Gaza y una enorme destrucción de infraestructuras y viviendas.
El Ejército israelí ha matado a dos palestinos, uno de ellos menor de edad, en la madrugada del miércoles en Cisjordania. Se trata de un joven de veintiséis años tiroteado en el campo de refugiados de Al Fawar, al sur de Hebrón, y de un adolescente de 16 años muerto por disparos en el cuello durante enfrentamientos en la ciudad de Tubas, informa Efe.
Los disturbios más graves en ciudades israelíes se han producido en la ciudad de Lod, con un 20% de población árabe, con quema de coches y enfrentamientos entre las dos comunidades. El gobierno ha declarado el estado de emergencia en esta ciudad.
Con información de EFE
