A poco más de un año del inicio de la pandemia en México, se han registrado de forma oficial 200,000 muertes por COVID-19. Una cifra tres veces superior al escenario “catastrófico” que anticiparon las autoridades.
La cifra de muertos vinculados al COVID-19 en México sitúa al país entre los cuatro primeros en el mundo en rebasar ese sombrío umbral, mientras lucha por acelerar el ritmo de vacunación.
Algunos ciudadanos están implorando a otros que hagan su parte para evitar que las infecciones se disparen de nuevo a pocos días del asueto por Semana Santa y luego de que los hospitales de los centros urbanos más poblados del país, como Ciudad de México y el vecino Estado de México, se vieran desbordados durante la última oleada.
“Es malo que comencemos a pensar que porque ya está la vacuna aquí, ya está todo solucionado. Está en nosotros que esto no avance más”, afirmó Pamela Padilla, de 30 años, quien dijo estar harta del aislamiento o de tener que tomar distancia socialmente al salir.
México comenzó a vacunar a su población contra el COVID-19 a fines del año pasado, uno de los primeros países en Latinoamérica, pero la campaña se ha visto obstaculizada, entre otras cosas, por los retrasos en la entrega de dosis, lo que llevó al Gobierno a quejarse del acaparamiento por parte de países ricos.
Hasta el miércoles, México había administrado 6.1 millones de vacunas, con sólo 767,979 personas con el esquema completo de dos dosis, o solo el 0.6% de la población, mientras que en Estados Unidos se han aplicado 130.5 millones de dosis en total y el 14% de la población está completamente vacunada, según datos oficiales.
Para proteger mejor a los ciudadanos contra una posible nueva oleada de infecciones, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, aseguró esta semana que recurriría a las Fuerzas Armadas y al personal médico para acelerar el despliegue de las vacunas contra el COVID-19.
Según cifras oficiales, México reportó el jueves 5,787 nuevos casos confirmados de COVID-19 y 584 muertes más, elevando el total a 2,214,542 infecciones y 200,211 decesos.
El propio gobierno ha reconocido que el número real de infecciones y muertes es mayor que el recuento oficial.
“Es una tristeza ver cómo se está muriendo tanta gente”, se lamentó Yolanda Santos, de 74 años, tras recibir su segunda dosis de la vacuna rusa Sputnik V. “Es una bendición de dios para nosotros tener estas vacunas”, agregó.
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