El diagnóstico fue confirmado por el Laboratorio Nacional de Servicios Veterinarios del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), en Iowa, “por precaución”.
“Aunque han experimentado cierta disminución del apetito, por lo demás los felinos del Zoológico del Bronx están bien, bajo el cuidado de los veterinarios, y están radiantes, alerta e interactivos con sus cuidadores”, señala el comunicado.
Asimismo, ya se han implementado “medidas preventivas” para cuidar a los animales y evitar una mayor exposición.
“No se sabe cómo se desarrollará esta enfermedad en los grandes felinos ya que las diferentes especies pueden reaccionar de forma diferente a las nuevas infecciones, pero seguiremos vigilándolos de cerca y anticipando recuperaciones completas”, agregó el zoológico.
Al igual que todos los zoológicos y acuarios de la ciudad de Nueva York, el zoológico del Bronx se encuentra cerrado al público desde el pasado 16 de marzo.
Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), los animales pueden infectarse de coronavirus, pero los científicos no creen que puedan transmitir el virus a los humanos.
Las autoridades sanitarias norteamericanas aseguran que no hay evidencia hasta el momento que sugiera que ningún animal, incluidas las mascotas, pueda ser fuente de infección por COVID-19.
“Sin embargo, dado que todos los animales pueden transportar gérmenes que pueden enfermar a las personas, siempre es una buena idea practicar hábitos saludables con las mascotas y otros animales”, aclara el el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Este caso se suma al de un perro en Hong Kong, que también contrajo coronavirus el pasado mes de febrero. Tras realizarle varios análisis, las autoridades agrícolas del país asiático determinaron que los perros y gatos no pueden transmitir el virus a los seres humanos, pero sí pueden dar positivo si están expuestos sus dueños infectados.
Según la Organización Mundial de Sanidad Animal, con sede en París, algunos investigadores han intentado comprender la susceptibilidad de las diferentes especies animales al virus y determinar cómo se propaga entre los animales.