La Paz, 3 mar (Radio Splendid).-Plural Editores presentó el libro «Narcoamuta» del expolicía francés especializado en la lucha antinarcóticos en Marsella y agregado de Seguridad Interior en la Embajada de Francia, Jeff Barbieri.
En julio de 2010, Valentín Mejillones, el sumo sacerdote aymara que posesionó al expresidente Evo Morales en Tiwanaku, fue detenido con 240 kilos de cocaína en su domicilio en El Alto. Meses después, el llamado narcoamauta fue liberado y nunca fue condenado, mientras que el coronel responsable de su detención fue retirado. Esta “anécdota” judicial, según Jeff Barbieri, simboliza por sí sola la Bolivia de Evo Morales que, bajo la etiqueta socialista, volvió a hacer del país un vínculo cercano y abierto al narcotráfico.
Jeff Barbieri, expolicía francés especializado en la lucha antinarcóticos en Marsella y agregado de Seguridad Interior en la Embajada de Francia en La Paz entre 2009 y 2012, nos entrega una descripción y un análisis sobre el proceso político y de seguridad vinculado a la problemática de la hoja de coca y la cocaína en Bolivia.
Como agregado de Seguridad, Barbieri fue un testigo privilegiado de lo que él llama la deriva de un poder que violó todos los principios, incluidos los de la democracia, a través de un gobierno cada vez más corrupto. Desde esta perspectiva, El narcoamuta hace un recuento de los hechos y pone el dedo en la llaga de la que nadie habla.
El libro cuenta y explica, entre otras cosas, por qué volvieron a aparecer cárteles en Bolivia, cómo y por qué la DEA fue expulsada y el cambio radical en la erradicación de la hoja de coca, que pasó de enfrentamientos con la FELCN a que los cocaleros sean quienes indiquen los campos a erradicar.
Para Barbieri, es muy claro que Evo Morales no es un líder de izquierda como los demás, es ante todo un cocalero, un productor de coca, cuyo programa político estaba basado en la revalorización cultural y económica de esta hoja sagrada. De hecho, aún hoy sigue dirigiendo las seis federaciones sindicales de los productores de coca del Chapare, la región que alimenta en gran parte al narcotráfico.
Con todos estos antecedentes, el autor pregunta: ¿el expresidente no estaba demasiado ligado a sus hermanos cocaleros como para luchar de una manera real contra el tráfico de cocaína?
Con información de Facebook Plural Editores