Melbourne, 6 Ene. 2020 (EL PAÍS).- El primer ministro australiano, Scott Morrison, ha anunciado este lunes, que el Gobierno destinará 2.000 millones de dólares australianos (1.243 millones de euros) a un fondo nacional para la reparación de los daños causados por los incendios que están quemando Australia. Las llamas han arrasado desde el comienzo de esta temporada de fuegos casi seis millones de hectáreas y han costado la vida a 25 personas, 15 de ellas desde el comienzo del año.
«Estamos destinando una cifra inicial de 2.000 millones de dólares para un nuevo fondo de recuperación por los incendios forestales, para garantizar que las familias, los agricultores y los dueños de negocios afectados por estos incendios sin precedentes obtengan el apoyo que necesitan», ha dicho el primer ministro en su cuenta de Twitter.
En conferencia de prensa, el mandatario ha explicado que el nuevo gasto supondrá una reducción del superávit presupuestario, que el Gobierno pronosticaba para este año en 5.000 millones de dólares (3.109 millones de euros). «Pero este superávit no es lo importante para mí, lo que me importa es el coste humano», ha señalado Morrison. «Esta es una inversión inicial y adicional. Si se necesita más y el costo resulta ser mayor, se destinará más dinero», ha añadido un primer ministro que ha sido duramente criticado por la oposición y la opinión pública durante esta crisis.
Las lluvias en el sur del país han traído un cierto alivio sobre los focos aún activos, después de que el pasado jueves el Estado de Victoria pidiese a 100.000 personas que evacuasen las zonas de mayor riesgo. Victoria es uno de los Estados con las temperaturas más elevadas estos días, donde se han quemado más de 800.000 hectáreas y hay todavía 14 focos activos. Pese a la mejoría, el humo de los fuegos ha llegado este lunes a Melbourne, su capital y la segunda ciudad más importante del país, cubriéndola con un aire «de muy baja calidad», según los servicios meteorológicos. Se prevé que el humo no se despeje hasta el final de la semana.
El premier de Victoria, Daniel Andrews, ha pedido a los ciudadanos a través de Twitter que se mantengan en sus casas con las ventas cerradas en la medida de lo posible. «Gran parte de nuestro Estado está cubierto de humo debido a los incendios en Victoria y Tasmania. Como resultado, los niños pequeños, las personas mayores de 65 años, las mujeres embarazadas y las personas con afecciones cardíacas y pulmonares corren un particular riesgo», ha advertido Andrews. El humo ha llegado incluso a alcanzar partes de Nueva Zelanda, a unos 2.000 kilómetros de distancia.
Daniel Andrews ha anunciado a su vez la creación de una nueva agencia de ayuda contra los incendios forestales en el Estado, a la que destinarán 50 millones de dólares australianos (31 millones de euros). «Pueden pasar años antes de que las comunidades se recuperen adecuadamente de tan devastadores incendios forestales», ha señalado.
Otra de las regiones más afectadas es Nueva Gales del Sur (con capital en Sídney). Se calcula que solo en este Estado del sureste del país, unos 480 millones de animales han muerto por culpa de esta devastadora oleada de incendios, según Chris Dickman, profesor de Ecología por la Universidad de Sídney. Y la situación puede empeorar, ya que queda mucho verano por delante. El comisionado del Servicio Rural de Bomberos de Nueva Gales del Sur, Shane Fitzsimmons, estimó en diciembre que solo en esta región corrían riesgo de arder unas 20 millones de hectáreas de bosque.
La temporada de incendios ha comenzado mucho antes de lo que es normal en Australia (el verano empieza en el hemisferio sur el 21 de diciembre), con los fuegos arrasando buena parte del país ya desde el mes de noviembre. Según medios locales, las llamas han devastado una superficie equivalente a dos veces la extensión de Bélgica.