Bogotá / Caracas, 13 Sep (EL PAÍS).- El pasado 22 de febrero, Juan Guaidó cruzó la frontera entre Venezuela y Colombia y apareció por sorpresa en el mega concierto organizado en Cúcuta en vísperas de la operación para introducir contenedores con medicinas y alimentos en el país vecino con el apoyo logístico de Estados Unidos y del Gobierno de Iván Duque. El intento fracasó y supuso el primer gran revés para el jefe de la Asamblea Nacional, que un mes antes había lanzado su desafío a Nicolás Maduro tratando de forzar su renuncia y abrir un proceso de transición. Guaidó viajó de Caracas al fronterizo Estado de Táchira en medio de la incertidumbre y de la máxima reserva. Durante el camino sorteó controles policiales y recabó el apoyo de miembros de las fuerzas armadas. Una vez llegado al municipio de San Antonio, se dispuso a pasar al otro lado. ¿Cómo? Los vídeos y las imágenes de ese día muestran que cruzó a través de trochas, caminos secundarios e informales sin vigilancia.
Pero unas fotografías difundidas este jueves en las redes sociales desataron duras acusaciones tanto a Guaidó como a Duque y amenazan con alimentar una nueva tormenta política en los dos países. En ellas, el político venezolano posa junto a dos hombres identificados como miembros de los Rastrojos, una banda de narcoparamilitares que opera en ese limbo legal que a menudo es la frontera. En las imágenes salen dos cabecillas de esa organización criminal: John Jairo Durán Contreras, apodado Menor, y Albeiro Lobo Quintero, alias Brother. Ambos fueron detenidos en Cúcuta el pasado mes de junio. Guaidó ofreció este viernes en Blu Radio unas explicaciones escuetas y aseguró que «ese día fueron muchas fotos». Negó conocer a esas personas e insistió: «Fueron cientos de fotos. Es difícil discriminar quién te pide una foto». «Celebro que estén detenidos por la justicia colombiana», continuó el rival de Maduro, quien afirmó que sus «aliados» en el paso fronterizo fueron el Ejército colombiano, la sociedad civil o el propio Duque.
La divulgación de las instantáneas, que fueron dadas a conocer primero por el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, en su programa de televisión, tiene un evidente propósito político. Por sí solas, no son suficientes para demostrar una vinculación definitiva con este grupo irregular. Aun así, bastan para levantar suspicacias y sembrar graves sospechas. Esto ocurre, además, en dos países en los que es frecuente recurrir a documentos gráficos, a menudo descontextualizados, por intereses políticos. Una costumbre, de la que no se salva casi nadie, que va de la ultraderecha colombiana al régimen chavista. Alberto Ravell, portavoz de Guaidó, no vio nada extraño en el hecho de que uno de esos criminales portara, aparentemente, un arma. «Esas personas estaban en una alcabala, de las muchas que hay en las trochas con guardias venezolanos o gente armada, y le pidieron una foto y él no se negó. Ahí nadie le pregunta a nadie quién es, la gente que usa las trochas que quiere es pasar lo más rápido posible».
Wilfredo Cañizares, responsable de la Fundación Progresar en el departamento de Norte de Santander, aseguró que había alertado de esa circunstancia desde el primer día. «La entrada a Colombia el 23 de febrero del señor Juan Guaidó fue coordinada con los Rastrojos. Aquí están alias el Brother armado, y el segundo al mando de este grupo paramilitar, alias el Menor», afirmó al publicar las fotos en Twitter. A partir de esa denuncia, el senador Gustavo Petro, uno de los líderes de la oposición al Gobierno de Duque, fue quien más criticó ese supuesto vínculo con la banda narcoparamilitar, dándolo por hecho a raíz de que Guaidó lleva la misma ropa en esas imágenes y en los vídeos que documentan su llegada al Colombia.
«Para quienes dudan: Duque y Guaidó se aliaron con el narcotráfico para su acto en [la] frontera. Señor Guaidó, ¿es usted consciente de quienes eran sus aliados en la frontera colombo/venezolana? Señor Duque, ¿usted va a ligar su política exterior con el narcotráfico?», cargó en las redes sociales. Petro que en el pasado respaldó a Hugo Chávez pero recientemente calificó de «dictadura insostenible» al régimen de Maduro llega a afirmar, sin aportar evidencias, que «Duque visitó puestos de botellas incendiarias y explosivos que manejaban los grupos pagados por los narcos».
El mandatario colombiano está duramente enfrentado al régimen de Maduro y desde el principio apoyó, al igual que la Administración de Donald Trump y otro medio centenar de países, a Guaidó como presidente interino. Pese a eso, el pasado 23 de enero se negó a prolongar el intento de introducir ayudas a través de los puentes de Cúcuta debido a la resistencia de las fuerzas de choque del chavismo y a los episodios de violencia.
La tensión entre los dos países escaló en los últimos días por las acusaciones, dirigidas a Caracas, de dar amparo en territorio venezolano a células disidentes de las FARC, como la encabezada por Iván Márquez y Jesús Santrich, y a la cúpula del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que tienen en el narcotráfico su sustento como los Rastrojos y otras mafias locales. El Gobierno respondió con unos ejercicios militares en la frontera, por donde cruzan a diario miles de venezolanos que huyen en busca de oportunidades e incluso parlamentarios opositores.
Desde que alcanzaron la mayoría en la Asamblea Nacional, diputados críticos con el chavismo no tienen la posibilidad de comprar vuelos comerciales internos para trasladarse al interior del país para realizar su labor parlamentaria y a un número importante les han anulado sus pasaportes. Como parte de la política de persecución del régimen de Nicolás Maduro, el Gobierno ha coaccionado a las aerolíneas con sanciones si les venden billetes. Ravell señaló que Guaidó tenía previsto responder y explicar él mismo las polémicas fotografías, pero para el momento del contacto con la radio colombiana se encontraba incomunicado por el apagón que este jueves vuelve a afectar varias zonas de Caracas y el país