EEUU, 4 sep (El Deber).- Por años, Britney Spears y su exesposo, Kevin Federline, habían conseguido llevar una relación cordial por el bien de sus hijos Sean y Jayden. Ahora, la figura cambió, tras que él presentara ante una corte documentos que confirmarían que los problemas mentales de la cantante habían regresado, provocando que anulen la custodia compartida y den a favor de él.
La relación además se agravó mucho más cuando Kevin demandó a Jamie Spears, padre de la cantante, por, supuestamente, abusar físicamente de su hijo Sean Preston, de 13 años.
Mark Vincent Kaplan, representante del bailarín, dijo a la revista People que el presunto incidente ocurrió la noche del 24 de agosto, mientras Sean Preston y su hermano, Jayden James, de 12 años, estaban de visita con su madre en la casa de Jamie Spears.
Supuestamente, el padre de la estrella de música y su hijo tuvieron una discusión, tras lo cual el menor se encerró en una de las habitaciones. La respuesta del padre fue romper la puerta y sacudir violentamente al niño.
El diario The Blast informó que las investigaciones sobre la demanda hicieron que el juez del caso determine una orden de restricción en contra del padre de Britney, así que no tiene permitido acercarse a sus nietos.