Washington, 4 Sep (EL PAÍS).- Tras golpear duramente a Bahamas, el huracán Dorian se mueve este miércoles hacia el norte en paralelo a la costa nororiental de Florida, con vientos sostenidos de hasta 165 kilómetros por hora e intensas lluvias, según datos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, siglas en inglés). A pesar de que el huracán se ha ralentizado, bajando a una categoría 2, ha adquirido sin embargo mayor tamaño, por lo que sigue siendo igual o más peligroso que antes, siempre según el NHC. Según ha dicho el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras recibir el informe diario sobre el huracán, Dorian es «errático, poderoso y lento».
En este momento, una de las principales preocupaciones de las autoridades, más allá de los daños que puedan provocar los vientos en árboles o tejados, es el efecto de las olas del mar empujadas hacia la costa, que podrían provocar inundaciones importantes, sobre todo al coincidir con la marea alta. Se estima que el agua podría alcanzar hasta dos metros de altura en algunas de las franjas costeras estadounidenses que serán azotadas por el huracán. Tras pasar por Florida, a Dorian se le espera en Georgia y las Carolinas a partir del jueves por la noche y el viernes por la mañana. Los cuatro Estados se encuentran en estado de emergencia a consecuencia de Dorian.
Al menos siete personas han muerto como consecuencia del paso de Dorian por Bahamas, pero se teme que el número de víctimas sea mayor debido a la destrucción que ahora empieza a ser visible en las islas. «Debemos esperar que se registren más muertes», dijo el primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis. Minnis declaró que las noticias que llegaban desde las islas Ábaco, donde residen unas 17.000 personas, apuntaban a una devastación «sin precedentes». «Nuestro enfoque en este momento es el rescate, la recuperación y la oración», finalizó el primer ministro.
Desde el norte de Cabo Cañaveral (Florida) hasta Carolina del Norte pasando por Georgia y Carolina del Sur, a lo largo de esa inmensa línea de costa, hay declarada una emergencia de marejada ciclónica. Según advirtió en la conferencia de prensa de esta mañana de miércoles el director del Centro Nacional de Huracanes, Ken Graham, el 90% de las muertes provocadas por estas tormentas son debidas al agua. “Hay que tener en cuenta la velocidad del viento pero la tormenta y la lluvia que se provoca es clave”, explicó Graham. «El agua es la responsable de las muertes en estas tormentas tropicales, así que , por favor, escuchen a las autoridades locales», insistió el director del NHC.
En Florida, la corriente se tragó a una mujer que se encontraba en la orilla de una playa de Jacksonville. Según la oficina del sheriff, la mujer fue rescatada por un socorrista. El alcalde de Jacksonville recordaba a los residentes vía Twitter que se alejaran del agua y se mantuvieran alejados de las playas. Por su parte, el Gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, ha informado de la primera muerte en su Estado relacionada con Dorian. Un hombre de 85 años ha fallecido como consecuencia de caer desde una escalera mientras preparaba el tejado de su casa para resistir al huracán.
Mientras en la costa de Estados Unidos afectada por el huracán se ordenan evacuaciones forzosas para evitar bajas, la cadena de televisión CNN ha comenzado a emitir imágenes aéreas de la isla Gran Ábaco, que muestran escenas de daños catastróficos, con centenares de viviendas sin techo, coches volcados, enormes inundaciones y escombros por todos lados. «Muchas partes de Ábaco están diezmadas. Hay fuertes inundaciones, daños graves a los hogares, negocios y otros edificios e infraestructuras», dijo el primer ministro Minnis. Los habitantes de las Bahamas han soportado “horas y días de terror, temiendo por sus vidas y las de sus seres queridos». Según el ministro del Interior de Bahamas, Marvin Dames, “esta es una crisis de proporciones épicas, quizás la peor que jamás hayamos vivido».
Dorian es el segundo huracán más violento del que se tiene registro, igualado con otros dos de 1988 y 2005 por la velocidad máxima alcanzada de sus vientos, con picos de 295 km/h registrados el domingo. El récord pertenece a Allen, que en 1980 alcanzó 305 km/h. La velocidad máxima de los vientos es el principal criterio para categorizar a los huracanes, según la escala Saffir-Simpson, que va de 1 a 5. Aviones especiales estadounidenses miden esa variable varias veces por día para determinar la categoría del huracán.
El número de tormentas tropicales y de huracanes en el Atlántico Norte no se ha acrecentado en las últimas décadas, pero la intensidad de los huracanes tiende a ser mayor. Dorian es el quinto huracán categoría 5 desde 2016. Ninguno alcanzó ese nivel entre 2008 y 2015, pero entre 2003 y 2007 hubo ocho, entre ellos Katrina, que devastó Nueva Orleans en 2005.
Además de Dorian, han entrado en escena las tormentas tropicales Ferdinan, en el golfo de México, y Gabrielle, en medio del Atlántico, han entrado en escena. Ferdinan está produciendo intensas lluvias y vientos racheados en la parte nororiental de México y en el valle de río Grande, (Texas) pero se espera que se disipe mañana jueves. Gabrielle se formó en las últimas horas en aguas abiertas del océano Atlántico y está localizada a más de mil kilómetros al oeste-noroeste de las islas de Cabo Verde, según el NHC.