Malasia, 19 ago (BBC).- Parada fue llevado preso y en enero de 2018 fue condenado a la horca por un tribunal de ese país.
Malasia tiene severas leyes antidrogas que incluyen la pena capital para delitos de narcotráfico. Aunque en 2018 el gobierno había anunciado que eliminaría la pena de muerte, en marzo de este año suspendió esa iniciativa y la pena capital sigue vigente.
Aún así, el pasado 24 de julio, por lo que él considera «un milagro», Parada quedó libre y regresó a Bolivia.
Según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, el Estado «acompañó y apoyó» a Parada y realizaron los trámites para su repatriación.
Este fue el testimonio que Parada le dio a BBC Mundo a su regreso a casa tras cinco años en prisión en Malasia.
Cuando yo me fui no sabía que en Malasia la pena era la horca. La persona que me envió me dijo que todo iba a ser fácil.
Yo le debía como US$5.000 y esa era mi manera de pagarle.
Viajé de Bolivia a Sao Paulo, de ahí a Dubái y de ahí a Malasia.
En mi estómago llevaba un kilo y medio de cocaína líquida dentro de condones, era como una gelatina.
Durante el viaje no tuve problemas, nadie me dijo nada, todo estuvo tranquilo hasta que llegué a Malasia, ahí me estaban esperando los policías.
Pasé por migración y desde ahí me siguieron hasta la cinta donde uno recoge la maleta. Ahí me agarraron cinco policías y me llevaron a la comisaría.
Me rompieron la maleta y comenzaron a decirme «droga, droga usted lleva droga». Yo les decía que no, que solo iba de turista.
Luego llegó otro policía y me llevó al hospital. Ahí duré dos días y medio hasta que no aguanté más las ganas de ir al baño. Expulsé la droga y me prestaron un teléfono, por Facebook contacté a la que era mi novia y le dije que me habían agarrado.
Yo llevaba un kilo y medio, pero el reporte decía que solo llevaba 450 gramos, ¿que pasó con los otros 1.050 gramos…?
Del hospital me llevaron a otra comisaría donde duré 12 días sin que me dijeran nada y de ahí a la cárcel a esperar mi proceso.
«Volví a nacer»
Yo duré preso 5 años, 9 meses y 15 días.
Todavía no me explico cómo me salvé, pero volví a nacer.
Dios hizo cambiar los corazones de los jueces. El mismo día que quedé libre sentenciaron a muerte a un nigeriano, él se fue para la horca y yo para mi casa.
Pero yo no soy un ganador, fue mi familia la que ganó, fueron ellos los que lucharon.
Dios no tuvo misericordia de mí sino de mi familia, porque ellos eran los que sufrían y se gastaron casi US$100.000 dólares en esto.
En internet he visto comentarios que dicen que por qué no me dieron más años. Las personas que hablen, me da igual lo que digan, yo ya cumplí mi condena.
Yo espero que mi caso sirva para que quien esté pensando en viajar se arrepienta.
El amor de la familia es lo más grande, es mejor comer pan duro con agua que estar ahí dentro, no hagan ese viaje.