California, 05 jul (Agencias -El País).- Un terremoto de magnitud 6.4 en sacudió este jueves en el sur de California y se pudo sentir en todo el área de Los Ángeles, a más de 300 kilómetros al sur del epicentro, y en Las Vegas, a más de 200 kilómetros hacia el este.
La tierra tembló a las 10:33 locales cerca de Ridgecrest, una localidad en una zona relativamente despoblada del interior de California. Una hora después se habían contabilizado hasta 11 réplicas. El terremoto fue registrado en un principio como magnitud 6.6 por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Una hora y media después del movimiento inicial se habían registrado ya 50 réplicas, algunas de magnitud superior a 4.0.
Se trata del terremoto más importante que se haya sentido en las grandes ciudades de California desde el que afectó Napa con una magnitud de 6.0, que sacudió todo San Francisco de madrugada en 2014. En aquella ocasión, el derrumbe de algunas estructuras provocó decenas de heridos.
El terremoto del 4 de julio lo han podido sentir hasta 20 millones de personas entre Long Beach y Las Vegas. Es el más grande en el sur de California desde el que se produjo en 1999 en el desierto de Mojave, con una magnitud 7.1. Inmediatamente informativos y redes se han llenado de señales de alarma en la mañana de la Fiesta Nacional de Estados Unidos, cuando la mayoría de las casas preparan barbacoas. La última vez que esta zona sintió un terremoto de una magnitud parecida fue en 1994, en Northridge, al norte de la ciudad. Se trata de uno de los terremotos más destructivos de California: provocó 57 muertos y destruyó varias autopistas. La cultura popular de Los Ángeles calcula que hay un gran terremoto cada dos décadas.
El sur de California es una de las zonas sísmicas más activas del mundo. Hay miles de terremotos al día, la mayoría de ellos imperceptibles. California lleva años preparándose para el llamado Big One, el gordo, que sería un terremoto en la falla de San Andrés. Se trata de una falla gigante que recorre desde la frontera con México, en vuelve la ciudad de Los Ángeles y pasa por San Francisco.
El hecho de que se trate de una zona tan poco poblada permitió limitar los daños. El epicentro está muy retirado de las grandes ciudades de California, rodeado de áreas despobladas como el desierto de Mojave y los parques nacionales de Sequioia y Death Valley.