Tamaulipas, 26 jun (EL PAÍS).- El drama de la crisis migratoria centroamericana ha sido plasmado en una foto. El hallazgo este lunes de los cuerpos sin vida de Óscar y Valeria Martínez, un hombre salvadoreño y su hija de un año y 11 meses, ahogados en las orillas del río Bravo ha sacudido al país latinoamericano. La tragedia en la frontera que separa México y Estados Unidos se da en medio de un recrudecimiento de la política migratoria mexicana, tras alcanzar un acuerdo con la Administración de Donald Trump. El padre, la niña y su madre, quien avisó de lo que había sucedido, habían dejado El Salvador y emprendido el viaje hacia Estados Unidos por falta de recursos, según ha asegurado su familia.
El suceso ocurrió el pasado domingo por la tarde. Al llegar a Matamoros (Tamaulipas, México) a finales de la semana pasada, la familia salvadoreña se encontró con una ciudad colapsada por la migración. Las ganas de alcanzar territorio estadounidense y una larga lista de espera para poder ser atendidos por la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de EE UU fue lo que motivó que se aventuraran a cruzar el río, según ha afirmado un hermano de Martínez a Efe. «Muchos tienen la teoría de que si llegan nadando les van a dar asilo y, por desesperación, se lanzan al río en vez de esperarse en una estación migratoria», relata Abraham Pineda-Jácome, corresponsal de la agencia en el lugar.
«La madre nos contó que su marido se había metido con su hija a cruzar el río hasta Brownsville [en Texas, EE UU] y cuando regresó a cruzar a la mujer, la niña se aventó [arrojó] al agua. No sé si pensó que estaba jugando, pero cuando se la llevó la corriente les dijo adiós», cuenta a este periódico Julia Le Duc, una de las fotógrafas que presenció el operativo. Los gritos y la desesperación de la mujer atrajeron a los que pasaban por el lugar, quienes terminaron por llamar a las fuerzas de seguridad de Matamoros. La tarde del domingo se montó un operativo pero al llegar la noche se suspendió hasta el lunes por la mañana, cuando los agentes dieron con los dos cuerpos sin vida a unos 500 metros del lugar donde se perdieron.
La foto es una muestra del drama que se vive en las fronteras de México. «Era un polvorín, una tragedia que se veía venir por lo que se está viviendo en los campamentos de migrantes en Matamoros», apunta Le Duc sobre el colapso del sistema migratorio mexicano. En esa zona del río Bravo, al menos una persona al mes muere ahogada intentando llegar a Estados Unidos, cuenta Pineda-Jácome. Solo el año pasado fallecieron 283 personas mientras intentaban cruzar la frontera. En la última semana, un total de nueve personas, entre ellas cuatro niños, han sido encontradas sin vida en la frontera con Texas. Una crisis migratoria que sigue contando víctimas.