En un hallazgo que arroja nueva luz sobre las prácticas funerarias del Imperio Medio de Egipto, arqueólogos egipcios y estadounidenses desenterraron una antigua tumba familiar de 3,800 años en la necrópolis de Asasif del Sur, cerca del famoso Templo de Hatshepsut en Luxor. Este sitio, descrito como la primera tumba de este período encontrada en la zona, contiene 11 entierros sellados, probablemente pertenecientes a varias generaciones de una misma familia de las XII y XIII Dinastías.
El descubrimiento se destaca por su excepcional estado de preservación y por los objetos únicos que acompañaban los restos humanos. La tumba albergaba los esqueletos de cinco mujeres, dos hombres, tres niños y un individuo de sexo no identificado, que fueron colocados uno al lado del otro en ataúdes de madera. Aunque los envoltorios de lino y los ataúdes de madera fueron destruidos en gran medida por antiguas inundaciones que dejaron capas de barro seco en el sitio, los investigadores encontraron indicios claros de cómo se dispusieron originalmente los cuerpos.
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El estudio de estos restos y su disposición en la tumba permite a los expertos acercarse a la estructura familiar y los rituales mortuorios de una época de notable prosperidad en el antiguo Egipto. Entre los restos hallados, los arqueólogos descubrieron un conjunto de joyas y artefactos funerarios que ofrecen una valiosa visión de las creencias y costumbres de la época. Se encontraron collares, pulseras, brazaletes y cinturones adornados con amatista, cornalina y granate.
Entre los objetos más sobresalientes se cuenta un elaborado collar de 30 cuentas de amatista, enmarcado por dos cilindros de ágata y un amuleto en forma de cabeza de hipopótamo, un símbolo significativo en la tradición egipcia. Además de las joyas, en la tumba se hallaron espejos de cobre con detalles únicos. Uno de ellos tenía un mango decorado en forma de flor de loto, mientras que el otro mostraba la imagen de Hathor, la antigua diosa egipcia de la fertilidad y el amor.
Otros elementos significativos incluyen una figura de fertilidad de cerámica verde azulada y una bandeja de ofrendas tallada, elementos que permanecieron en buen estado a pesar de los daños causados por el agua y el paso del tiempo. Este hallazgo no solo revela detalles fascinantes sobre la vida y muerte en el antiguo Egipto, sino que también subraya la importancia de la necrópolis de Asasif del Sur como un sitio clave para comprender mejor la historia y cultura de esta región.