La inteligencia artificial no tiene límites y día a día incorpora nuevas funcionalidades. En este caso, se trata de una app inesperada, que sirve para simular ser una persona fallecida, que se comunica con sus amigos y familiares desde el inframundo.
Si bien esta herramienta puede ser considerada tierna, ya que permite escuchar una vez más la voz de un ser que ya no está, preocupa las consecuencias que puede tener a nivel psicológico, sobre todo en aquellas personas que aún están transitando el duelo.
Los psicólogos alertan sobre posibles consecuencias negativas de interactuar con avatares digitales de seres queridos fallecidos. Aunque inicialmente puede sentirse un alivio, también existe el riesgo de desarrollar dependencia emocional y adicción, interfiriendo en el proceso natural del duelo.
Además, la creación de avatares digitales de difuntos plantea desafíos éticos y legales, como la posesión de datos, el consentimiento y la manipulación de la identidad de las personas fallecidas. El consentimiento adecuado es fundamental para que este negocio no termine en problemas legales.