Rusia se opuso este miércoles a la adopción en el Consejo de Seguridad de la ONU de una declaración para pedir el cese de las hostilidades y el respeto al derecho internacional humanitario en el noroeste de Siria, impulsada por Francia, indicó el representante de este país, Nicolas de Rivière.
«Hicimos un gran esfuerzo para tratar de tener una declaración de prensa llamando el cese de las hostilidades y el acceso de ayuda humanitaria a Idlib», dijo al periodistas el embajador francés.
«Rusia ha dicho que no, lo cual es muy doloroso», declaró Rivière después de una reunión muy tensa del consejo a puerta cerrada.
«No hay declaración (…) esto no fue posible», confirmó su homólogo belga, Marc Pecsteen de Buytswerve, presidente en ejercicio del Consejo.
Según diplomáticos, hubo insultos en la reunión, celebrada después de un encuentro público.
Rusia acusó de forma airada a los occidentales «de no entender la postura rusa», informó uno de esos diplomáticos. «El Consejo está completamente paralizado», lamentó.
La oposición de Rusia a la adopción de un texto común recibió el respaldo de China, según diplomáticos.
El enviado de la ONU a Siria, Geir Pedersen, dijo más temprano que el país estaba al borde de un empeoramiento de la violencia después de un intercambio de amenazas entre los actores principales, Turquía y Rusia.
«No puedo informar de ningún progreso para terminar con la violencia actual en el noroeste o de recuperar el proceso político», dijo Pedersen al consejo en Nueva York.
«Las delegaciones rusa y turca se han reunido intensamente en días recientes (…) pero no han llegado a ningún entendimiento».
«Por el contrario, las declaraciones públicas de diferentes sectores, tanto sirios como internacionales, sugieren un inminente el peligro de una mayor escalada».
– Ataque al régimen –
Los trabajadores de asistencia sirios están instando a un alto el fuego urgente así como a la ayuda internacional para cerca de un millón de personas que huyen de la embestida del régimen en Idlib, la mayor ola de desplazados civiles en nueve años de conflicto.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, advirtió el miércoles que Turquía lanzará una ofensiva en Siria a menos que las fuerza de Damasco retrocedan antes de finales del mes.
«Estamos en la cuenta regresiva, estamos haciendo las advertencias finales», dijo Erdogan en una discurso transmitido por la televisión.
El mandatario pidió a las fuerzas sirias retirarse detrás de las posiciones militares turcas en Idlib, establecidas en un acuerdo de 2018 con Rusia diseñado para detener el avance del régimen.
Rusia respondió rápido a la amenaza turca advirtiendo que cualquier operación contra las fuerzas sirias sería «el peor escenario».
Turquía, que apoya a grupos rebeldes en Idlib, ha estado presionando para renovar el alto al fuego en conversaciones con Rusia, que respalda al régimen sirio.
Ankara esta ansiosa por prevenir otro flujo de refugiados a su territorio que se sume a los 3,7 millones de sirios que tiene albergados.
La ONU ha dicho de 900.000 personas ha sido desplazadas en «condiciones horrenda» desde el 1 de diciembre, más de 500.000 niños entre ellos.
En la parte de la reunión del Consejo de Seguridad que fue pública, el embajador de Alemania, Christoph Heusgen, dijo que es momento para que el jefe de la ONU, Antonio Guterres, dé «una paso adelante».
«Tenemos una inmensa responsabilidad que enfrentamos aquí como Naciones Unidas, como el Consejo de Seguridad, para detener lo que está sucediendo», dijo Heusgen.
Durante la reunión pública, el embajador ruso en la ONU, Vasili Nebenzia, había pedido a los occidentales que dejaran de «proteger a los grupos terroristas» y de hablar del «sufrimiento» de la población «cada vez que grupos terroristas están amenazados» en Siria.