Reino Unido, 15 ene (BBC).- Es un día crucial en el llamado Brexit, aunque esta frase ha sido repetida muchas veces a lo largo del proceso.
Y es que desde que el 52% de los votantes británicos eligieran abandonar Europa en el referéndum de 2016, ha habido muchas fechas clave.
Pero la de este martes es especialmente relevante por encontrarnos ya en la recta final del proceso de divorcio de los británicos de sus socios europeos. Y estar los ánimos muy caldeados.
Esta votación debía haberse realizado el pasado 11 de diciembre, pero ante una derrota segura, May la postergó a enero.
La decisión generó rechazo incluso entre los parlamentarios de su propio partido, que convocaron un voto de no confianza para sacarla de su cargo, aunque la primera ministra lo consiguió superar.
Ahora, quedan solo dos meses para el 29 de marzo, el día programado para que Reino Unido deje la UE. Y a medida que se acerca se día, surgen más dudas de que la ruptura vaya a materializarse en esta fecha.
Según información del periódico británico The Guardian, la UE se prepara para extender este plazo hasta julio si la primera ministra se lo pide.
Y la propia May amplió este lunes los posibles escenarios advirtiendo al legislativo que, de no salir victoriosa en la votación, el Brexit en sí estaría en peligro.
«Resuelvan la pregunta de nuestra retirada y podremos avanzar en la creación de una nueva relación (con Europa). Apoyen el acuerdo y esa labor podrá empezar el miércoles. Fracasen y nos enfrentaremos al riesgo de irnos sin un acuerdo o el riesgo aun mayor de no irnos«, dijo.
La incertidumbre es tal, que los economistas están dividiendo sus predicciones de crecimiento para Reino Unido en tres: una en caso de Brexit con acuerdo, otra en caso de que se dé sin acuerdo y otra en caso de que Reino Unido permanezca en la UE, según un artículo del diario económico Financial Times.
La misma May había advertido a principios de enero en una entrevista con la BBC que, si su plan no se aprobaba, Reino Unido iba a entrar en «territorio desconocido«.
Según aseguró en un reciente artículo el corresponsal de política de Reino Unido de la BBC, Rob Watson, ni siquiera los asesores más cercanos de May parecen saber si la primera ministra tiene un plan B.
«Tanto en público como, aparentemente, en privado, ella insiste en que su plan es la mejor y única manera de hacer cumplir el resultado del referéndum sin destruir la economía«, afirmó.
Aunque tanto Watson como otros analistas sí dan algunas sugerencias sobre lo que el gobierno podría hacer en caso de que su propuesta no prosperase.
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