El ministro de Hidrocarburos, Mauricio Medinaceli, remarcó las diferencias entre las medidas enmarcadas en el Decreto Supremo 5503 y las aplicadas en el “gasolinazo” del Gobierno de Evo Morales en 2010, y aseguró que con esa decisión el estado se ahorrará $us 3.500 millones de dólares solo durante el 2026.
En conferencia de prensa, la autoridad explicó que, a diferencia de las acciones que dispuso Morales y que luego tuvo que revocarlas, se prevé un incrementar la inversión en Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), gobiernos subnacionales, universidades y otras entidades que se benefician del área de los hidrocarburos.
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“Es necesario entender que esta nivelación de presión no ha sido simplemente un incremento en los precios del diésel y la gasolina y otros derivados del petrolero, como se hizo en diciembre de 2010. Ha sido una arquitectura de todos los márgenes de la cadena de valor de los precios (…) esto es importante porque se da mayores recursos a YPFB para que pueda reactivar e invertir en todas sus plantas y refinerías”, manifestó.
Explicó que el objetivo de acercar los precios de los carburantes al costo internacional es evitar su desvió al mercado negro.
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Según dijo, el país produce casi el 50 % de la gasolina que consume y, en el caso del diésel, la importación es casi del 100% de los que requiere el mercado interno. Además, dijo que la gasolina “es más difícil de contrabandear” porque es más volátil.
Medinaceli manifestó que la única forma de frenar el desvió de combustibles es aplicar medidas económicas. “No es un mayor control, es una solución económica donde se quita la oportunidad de arbitraje, que llaman los economistas; esto quiere decir que se le quita el negocio a esos malos bolivianos que sin piedad le quitaban el dinero a los contribuyentes para ganar de uno a dos millones de dólares por día”, expresó.
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En esa línea, el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Gabriel Espinoza, señaló que entre el 30% y 40% de la subvención a los combustibles se desviaba a redes de corrupción que comercializaban el producto en países vecinos.
Por ello, el ministro Medinaceli expresó que se niveló el diésel a una referencia internacional, mientras que, en el caso de la gasolina, existe un mayor control de los volúmenes, se fijó el precio en 6,96. “Las mermas de estos malos bolivianos son más altas; adicionalmente, es más peligroso transportar gasolina”, explicó.
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Destacó que las nuevas acciones del Gobierno “son parte de un proceso para traspasar al sector privado la distribución de diésel el próximo año”, sin dejar a YPFB fuera del mercado, sino aliviar su carga y trabajar con la producción que pueda generar.
Aseguró que se convocará a empresas internacionales para regular “los bloques mayoristas, para así tener estabilidad en el suministro durante los siguientes cinco años”.
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La autoridad indicó que estas reformas económicas permitirán realizar modificaciones en la Ley de Hidrocarburos, de Electricidad, de Litio y Energías Verdes. “El espíritu, la sinceración y la modificación y estabilización de estos precios no ha sido un incremento como se hizo en 2010, ha sido y es parte de plan que tenemos de corto, mediano y largo plazo”, agregó.
En ese sentido, el ministro aseveró que con la eliminación de la subvención a los combustibles representa un ahorro de $us 3.500 millones que –según dijo– será destinado a “inversión productiva, reducir el déficit fiscal y lograr el levantamiento de la economía”.
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“Por cada día que pasa hoy, el Estado boliviano, el contribuyente se ahorró 10 millones de dólares por el subsidio. ¿No podríamos estar contentos con un ahorro diario de 10 millones de dólares?”, consultó.
Espinoza, descartó que esta medida provoque una escalada en la inflación que impacte directamente en los precios de la canasta familiar, sin embargo, reconoció que el sector transportista jugará un rol determinante, pues podría definir nuevos costos en los fletes, lo que impactaría en toda la cadena productiva.

