A pesar de la difícil situación económica que atraviesa el país, muchas familias bolivianas optan por continuar con las costumbres e invierten hasta Bs 3.000 en el armado de las mesas para recibir a sus difuntos.
Esther Flores, ciudadana alteña, señaló en contacto con la prensa que gastará “por lo menos” Bs 500 para armar su mesa de Todos Santos este año.
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“Flores sencillitas están a Bs 15 y Bs 20 cada amarro. Y cada tantawawa está entre Bs 15 y Bs 25” señaló.
Entre la elaboración de los platos favoritos que disfrutaba el difunto, el horneado de masitas y la compra del amarro de flores, el presupuesto destinado al armado de mesas subió exponencialmente a diferencia del año pasado.
En este sentido, como es el caso de Edgar, ciudadano paceño, cuando se conmemora un año de fallecimiento, la suma de dinero aumenta mucho más, pues la tradición manda que el recibimiento tiene que ser más ostentoso.
“Voy a invertir la suma de entre Bs 2000 a Bs 3000 en la comunidad. Hay que llevar la conmemoración a la comunidad. Comida, bebida, todo eso se suma esa cantidad” puntualizó a Unitel.
Según declaraciones de familias paceñas, solamente para la elaboración del pan, que incluye manteca, harina, azúcar entre otros, para aquellos altares y mesas más grandes, se destina una suma de más de Bs 1.000.
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Sin embargo, pese a la subida de los precios de los materiales para armar las mesas de Todos Santos, las familias deciden continuar con las costumbres y procuran que no le falte nada de lo esencial a sus altares, para que sus seres queridos que ya no se encuentran en el plano terrenal, reciban una grata bienvenida.

