Desde las 00:00 de este jueves, Bolivia inició oficialmente el periodo de silencio electoral que se extenderá hasta el domingo 17 de agosto, día en que el país elegirá a sus nuevas autoridades nacionales. Esta fase, establecida por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), busca impedir cualquier tipo de campaña o propaganda que pueda influir en la decisión del electorado.
Con el cierre de campañas este miércoles, los ocho candidatos presidenciales realizaron sus últimos actos proselitistas en distintas regiones. A partir de ahora queda estrictamente prohibido pedir el voto o difundir mensajes que favorezcan o perjudiquen a algún candidato.
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El vocal del TSE, Gustavo Ávila, explicó que el objetivo es “evitar que el ciudadano esté contaminado” en los días previos a los comicios. Sin embargo, advirtió que “el gran enemigo son las redes sociales”, donde operan perfiles falsos para difundir propaganda.
Para hacer frente a este reto, el TSE trabajará junto a 20 plataformas, entre ellas Chequea Bolivia y Bolivia Verifica, con el fin de monitorear contenidos en internet. Influencers, creadores de contenido y usuarios que infrinjan la norma serán notificados y podrían enfrentar sanciones conforme al reglamento electoral.
Durante el silencio electoral también rigen restricciones graduales, como la prohibición de actos públicos, la portación de armas, el consumo y venta de alcohol, el transporte vehicular no autorizado el día de la votación y cualquier forma de propaganda.
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Ávila recordó que el silencio electoral se diferencia del auto de buen gobierno: el primero restringe la difusión de mensajes políticos, mientras que el segundo abarca medidas adicionales de seguridad y orden público.

